Tragicómico Ferdinan

22 de julio de 2025

Por la forma cómo se desarrolló esta escena en la Asamblea Nacional, es legítimo pensar que el gobierno central intentó atacar a uno que percibe como su enemigo, Aquiles Álvarez, a través de un tipo que pudiera manipular para que sea funcional a este ataque, que sea el vocero de las denuncias contra Aquiles. Lo necesitaban para ayer, así que eso era lo más sencillo de inventarse una historia con un delincuente.

Y así aparece Daniel Salcedo en esta historia (un hombre que aparece en la historia en general porque se cae la avioneta en que viajaba con una reina de belleza y un maletín lleno de dólares, ¡qué entrada!). Él es un delincuente conocido, así que podría acordar su discurso a cambio de algún beneficio indeterminado. Ese es el estándar: un delincuente es la vía más fácil para crear la escena que se requiere para el orquestado ataque en contra de un Alcalde.

Entonces el delincuente va y es recibido en la Asamblea Nacional. Somos este país cuya casa de representantes se reúne para prestarle atención a un condenado a decenas de años de prisión en nosecuántos juicios. Somos muy poquito.

Además, como si la ineficacia fuera una condena en el gobierno central, la escena orquestada salió mal. Ferdinan Álvarez, antaño figura en un triángulo amoroso que incluía a Jorge Glas, es el presidente de la comisión de la Asamblea Nacional que convocó al delincuente. Pero el delincuente dijo cosas, no sólo sin sustento, sino embarrando a muchas más personas. Básicamente, fue a decir que desde los inicios del postcorreísmo (en los tiempos del Sr. Mojón en la Marea, Lenin Moreno) había una corrupción rampante en los hospitales and what have you. Removió el estercolero de esa época y salieron otros a responderle y salpicaron al mismísimo presidente de la comisión, Ferdinan Álvarez. 

Lo siguiente en este sainete (¡qué escena!, ¡qué giro del guion!): el presidente que convocó al delincuente, ahora dice que el delincuente no probó nada y que ya no va a seguir investigando porque el tema no es serio. Así que se cayó la persecución orquestada. Duró menos que orgasmo de chancho o que la Rosalía Arteaga en la presidencia.

Lo tragicómico: Ferdinan lo dijo con miedo, como si él supiera que seguir investigando sólo podría perjudicarlo. Y ese es el estándar: no investigar porque el asambleísta investigador es sospechoso de ser un delincuente (¡qué final!, ¡qué tristeza de país! ¡qué risa por Ferdinan!).

La importancia de llamarse Santiago

18 de julio de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 18 de julio de 2025.

Durante muchas décadas, la fundación de Santiago de Guayaquil fue un enigma. El año 1929, el Concejo Municipal conformó una comisión de historiadores para determinar la fecha de fundación de nuestra ciudad. Pero aquel año 1929 la información era escasa y resultaba imposible conocer algo mejor, así que estos historiadores reunidos en comisión decidieron que el 25 de julio sea celebrado como la fecha de fundación de Guayaquil. 

El 25 de julio es una fecha importante para Santiago de Guayaquil, porque es el día que se celebra a su santo patrono, Santiago Apóstol o Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Jesús, que le da su nombre castellano a esta ciudad desde que se la fundó en la montaña. Así, Santiago es el nombre que ha acompañado a Guayaquil desde 1534. Pero el día de su santo, el 25 de julio, no es la fecha de su fundación.

El nombre Santiago es la clave de bóveda para desentrañar el enigma de la fundación de la ciudad. Miguel Aspiazu Carbo (1905-1991) se llamó el entusiasta de la historia que identificó la existencia de una continuidad de la ciudad de Santiago que se había fundado en la Sierra el 15 de agosto de 1534 (en el valle de Cicalpa, cerca de la laguna de Colta) con la ciudad de Santiago que se asentó de manera definitiva en la Costa (en la cima del cerro Lominchao, conocido hoy como Santa Ana) en una fecha indeterminada de 1547. Aspiazu razonó de forma documentada esta continuidad en su libro “Las fundaciones de Santiago de Guayaquil”, impreso el año 1955 por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas.

En este libro que cumplió ya los 70 años de haber sido publicado, Aspiazu estableció que la ciudad de Santiago de Quito se había fundado el 15 de agosto de 1534, que el conquistador Francisco Pizarro había confirmado en sus cargos a las autoridades que se nombraron aquel día de agosto y que, con el nombre Santiago a cuestas, la ciudad fundada en el valle de Cicalpa había empezado un largo peregrinaje por la costa del Pacífico Sur para servir de puerto a una villa (ciudad desde 1541) que se había fundado en esa misma época (el 28 de agosto de 1534) y en el mismo emplazamiento: San Francisco de Quito. 

El acta de fundación de la ciudad de Santiago de Guayaquil consta en el tomo I del Libro Primero de Cabildos de Quito (conocido como “Libro Verde”), con el nombre de Santiago de Quito. Resalta, entonces, la importancia de llamarse Santiago: la ciudad que se fundó en la montaña, pronto fue trasladada a la Costa y perdió el topónimo “de Quito”, para adoptar los correspondientes a sus varios asentamientos en la Costa. Pero la ciudad nunca perdió el “Santiago”, lo que permitió rastrear el camino que siguió con posterioridad a su fundación.

Así, durante este período de peregrinaje por la costa del Pacífico Sur hasta que se concretó su asentamiento definitivo la ciudad, entre otros nombres, se llamó Santiago en Estero de Dimas, Santiago del río de Amay y Santiago de la Culata. En su asentamiento definitivo, esta ciudad que siempre fue Santiago, adoptó el nombre Santiago de Guayaquil, por el nombre de un cacique (Guayaquile) del área que se estaba conquistando y es con este nombre que se la ha distinguido por casi cinco siglos.

Un mal precedente

14 de julio de 2025

Este es un análisis jurídico de la resolución del Ministerio del Ambiente que ordenó que se suspenda la ejecución de una obra pública en Los Ceibos.

La resolución del Ministerio del Ambiente suscrita el 10 de julio por la viceministra y contenida en el Oficio Nro. MAATE-VMA-2025-0112-O se basó (o se pretendió basar) en el informe técnico in situ del mismo Ministerio del Ambiente, signado Nro. MAATE-UCA-DZ5-2025-1154, en el que NO se registra ninguna anomalía en el inicio de ejecución del proyecto.

Hay que tener claro que el Ministerio del Ambiente puede controlar y solicitar la paralización de una obra. Pero lo puede hacer siempre que cumpla los supuestos establecidos en el artículo 309 del Código Orgánico del Ambiente:

“En caso de riesgo, certidumbre o la ocurrencia flagrante o no de un daño o impacto ambiental, se podrán aplicar solamente mediante acto administrativo debidamente motivado, medidas de carácter provisional destinadas a interceptar el progreso del acto ilícito, prevenir y evitar nuevos daños o impactos, asegurar la inmediación del presunto responsable y garantizar la ejecución de la sanción” (COA).

La lectura simple de este artículo arroja como conclusión que la legitimidad de una medida provisional depende del cumplimiento de dos requisitos: 1) la medida provisional sirve a un fin exclusivamente ambiental; 2) sólo se puede dictar esta medida provisional con una debida motivación.

El juicio sobre si la medida provisional satisfizo estos dos requisitos es necesariamente negativo. Esto es lo que dice la resolución de la viceministra:

“debo indicar que en los últimos días se han presentado varias denuncias ciudadanas, las que han sido difundidas ampliamente a través de las redes sociales y por los medios de comunicación social. En estas denuncias, los ciudadanos que (sic) se han expresado muy preocupados y de forma constante, respecto a los probables impactos ambientales negativos que se podrían originar por la construcción del proyecto en cuestión”.

Dado este antecedente, la viceministra concluye que: “Ante esta alarma social y con el fin de proteger a la ciudadanía y al medio ambiente, en ejercicio de lo establecido en el numeral 1 del Art. 309 del Código Orgánico del Ambiente, se dispone al Gobierno Provincial del Guayas emita la orden de suspensión de las actividades del referido proyecto” (las negrillas son del original).

En el expediente existe el informe técnico in situ del Ministerio del Ambiente que no encuentra ninguna anomalía ni ningún impacto ambiental negativo que merezca considerarse, pero desde la cabeza del Ministerio se toma en cuenta “varias denuncias ciudadanas”, sin especificar ni una sola denuncia y sin determinar de qué impacto ambiental negativo se trata en ellas, como para que amerite que se suspenda una obra pública. Lo menos que se podía esperar de la autoridad del Ministerio es que haga un análisis de las denuncias presentadas, pero nada de nada, rien de rien.

Esta resolución del Ministerio está tan misérrimamente fundamentada que se la ha dictado para la protección del ambiente, pero sin especificar de qué daño se lo está protegiendo al ambiente. Insólito.

Bajo este precedente, solo bastan unas cuantas denuncias no especificadas (y una autoridad cómplice) para la suspensión de una obra pública que cuesta millones de dólares, contratada con préstamos internacionales. Y luego nos preguntamos por qué el Ecuador es una burla en materia de seguridad jurídica (la inversión extranjera, que se basa sólidamente en este indicador, en el Ecuador es similar a la de Haití), si se considera como un triunfo a un adefesio como éste.

Con este mal precedente, toda obra pública en el Ecuador corre el riesgo de suspensión por orden del Gobierno central por quítame estas pajas. Un paso más en la ruta del facha: la invención de una nueva forma de intromisión del Gobierno central en un Gobierno autónomo.

Orígenes belicosos

11 de julio de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 11 de julio de 2025.

La historia de Santiago de Guayaquil es singular. La causa eficiente, para su fundación en la Sierra en 1534 y para su asentamiento definitivo en la Costa en 1547, fueron unas disputas entre los conquistadores.

La fundación en la Sierra: esta primera disputa se resolvió con un acuerdo. Ocurrió en la etapa temprana de la conquista del Perú, cuando únicamente se había fundado la ciudad de San Miguel de Piura (como San Miguel de Tangarará) en 1532. Los conquistadores en disputa eran Francisco Pizarro y sus huestes, que ya estaban conquistando el territorio del Perú, frente a Pedro Alvarado y sus huestes que venían de Nicaragua, a conquistar ese mismo territorio. El punto de encuentro de estos conquistadores fue la Sierra central del actual Ecuador, cerca de la laguna de Colta.

Pudo ser una batalla, pero los hombres de Alvarado venían devastados por subir la montaña desde Caráquez y los hombres de Pizarro tenían un mejor título para la conquista del Perú. Para afianzar su mejor título, incluso fundaron una ciudad (la segunda de la conquista del Perú) el 15 de agosto de 1534, previo a su encuentro con Alvarado, a la que llamaron Santiago. En aquel entonces, fue conocida como Santiago de Quito, porque tal era el nombre indígena de la vasta región que los europeos estaban conquistando. 

Finalmente, los conquistadores negociaron y se acordó que Alvarado recibiría cien mil pesos de oro y que se volvería por donde vino (la gente que lo acompañó era libre de decidir si se quedaba o se iba con él). Pero esa Santiago de Quito, usada para la negociación, subsistió, se trasladó a la Costa y tomó el nombre de Santiago de Guayaquil. 

El asentamiento definitivo en la Costa: esta segunda disputa se resolvió con sangre. Ocurrió en el ocaso de la conquista del Perú, en el contexto de la guerra que capitaneó un hermano de Francisco Pizarro, Gonzalo, para defender los privilegios de explotación de (los abusos a) los indígenas a través del régimen de encomiendas, frente a la pretensión del rey de limitar dichos privilegios/abusos.

Este asentamiento definitivo enfrentó a los gonzalistas frente a los realistas en 1547. Para esta época, San Francisco de Quito, fundada después de la negociación con Alvarado, se había convertido en sede de una Gobernación y la Santiago trasladada a la Costa debía servir como su puerto. El Gobernador de Quito era un gonzalista, Pedro de Puelles, quien había nombrado como tenientes de su Gobernación a Manuel Estacio en Guayaquil y a Francisco Olmos en Portoviejo. En la disputa entre gonzalistas y realistas, Olmos se pasó al bando del rey.

Entonces Olmos y otros entusiastas fueron a Santiago de Guayaquil, donde asesinaron al teniente Estacio y a otros dos gonzalistas (Gutiérrez y Marmolejo) el 6 de abril de 1547. Por temor a la venganza que vendría desde Quito ordenada por el gobernador gonzalista Puelles (que tenía una bien ganada fama de despiadado), se tomó la decisión de trasladar la ciudad a la orilla opuesta a la que haría fácil el ataque desde la ciudad de Quito pero que también haría muy difícil el que Santiago de Guayaquil sirva como puerto para esa misma ciudad. 

Y así quedó, hasta que en 1970 se construyó el puente de la Unidad Nacional.

Las fiestas de Julio

4 de julio de 2025

            Publicado en diario Expreso el viernes 4 de julio de 2025.

Empezó el mes de Julio en Santiago de Guayaquil: el mes de su santo patrono Santiago el Mayor, también conocido como Santiago Apóstol, pero no el mes de su fundación.

Porque su fundación ocurrió el 15 de agosto de 1534, lo que convierte a Santiago de Guayaquil en la ciudad más antigua fundada en el territorio del actual Ecuador (pues la villa de San Francisco de Quito se fundó trece días después, el 28 de agosto). Se la fundó en la montaña, en la actual Sierra central del Ecuador, en las cercanías de la laguna de Colta; por eso, al nombre español de la ciudad (“Santiago”), en los tiempos de su fundación en la montaña, se lo apellidaba “de Quito”, porque tal era el nombre indígena de la vasta región donde la ciudad había sido fundada.

Cuando la ciudad fundada aquel 15 de agosto se trasladó a la Costa para servir de puerto a una San Francisco de Quito que el 6 de diciembre de 1534 se había asentado en su ubicación actual, treinta leguas al Norte de su lugar de fundación, la ciudad de Santiago tomó distintos nombres según el lugar de su asentamiento. Así, ella fue Santiago en Estero de Dimas, Santiago del río de Amay y Santiago de la Culata, para tomar, tras su asentamiento definitivo en el cerro Santa Ana en 1547, su nombre definitivo: Santiago de Guayaquil.

Durante años, la fundación de Guayaquil fue un enigma. El hombre que empezó a descifrar este enigma, quien enlazó a la Santiago de Quito fundada en la Sierra en 1534 con la Santiago de Guayaquil asentada en la Costa en 1547, se llamó Miguel Aspiazu Carbo (1905-1991). Él escribió el libro “Las fundaciones de Guayaquil” en 1955, hace setenta años, que fue publicado por la editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. La Municipalidad de Guayaquil le otorgó a Aspiazu, por esta obra, la Medalla al Mérito Científico.

En esencia: Miguel Aspiazu Carbo dedujo que existían tanto la ciudad de Santiago de Quito como la villa de San Francisco de Quito por la provisión del adelantado Francisco Pizarro, fechada 22 de enero de 1535, por la que confirmó en sus cargos a los designados como alcaldes y regidores en ambos lugares. 

Con este antecedente, Aspiazu se planteó enlazar a la ciudad de Santiago de Quito en la Sierra con la ciudad de Santiago de Guayaquil en la Costa. Aspiazu demostró que, por Cédula Real del 4 de mayo de 1534, el adelantado Francisco Pizarro estaba autorizado “para que cada y cuando le pareciera que un pueblo fundado o que fundare se deba mudar de sitio lo pudiese mudar al sitio que le pareciese, con su nombre”. Y con su nombre, Santiago, la ciudad se mudó de la Sierra a la Costa. 

Esto último se demostró porque Aspiazu encontró una provisión del rey, de septiembre de 1540, donde constaba el nombre de Santiago de Quito para identificar a la ciudad de Santiago que se había trasladado a la Costa y que terminaría siendo Santiago de Guayaquil en 1547. Las investigaciones originadas por este libro pionero (de Dora León, de Ádam Szászdi, de Julio Estrada) sólo han confirmado la hipótesis aventurada por Aspiazu en 1955.

De todas maneras, hay que seguir festejando el 25 de julio: es el día de Santiago, nombre que ha acompañado a esta ciudad desde su fundación en la montaña el 15 de agosto de 1534.