Ahora resulta que la alcaldía
de Nebot apoya a los comerciantes informales. En su rueda de prensa de
este último miércoles (que sucedió en su radio más mascota de las radios de los miércoles, Radio Sucre) el alcalde anticipó
que va “a dar crédito, de entrada, a más de 50.000 vendedores informales de la ciudad de Guayaquil”, pero que no iba a adelantar más detalles porque esto
correspondía a la agenda de Julio y realmente lo va a implementar su posible
sucesora en la alcaldía, la Ab. Cynthia Viteri.
Socialcristianos: Enhorabuena
por entender (con 26 años de retraso) que el garrote no es la única alternativa
para los comerciantes informales. Nunca es tarde para enmendar, pero sería de
justicia:
a) No mentir: Decir que no es que la alcaldía haya “matado” a los comerciantes
informales (Freud Alert!), pero los ha puesto en “37 mercados, en centros
comerciales, en plazas de abastos, en kioskos de Guayaquil” es tan mentira, que
es hasta contradictorio con el mismo proyecto que se anuncia: los comerciantes
informales no están en los mercados ni en todos esos otros sitios, están en las
calles, porque si no, ¿cómo así existen 50.000 comerciantes informales que
potencialmente tomarían estos créditos? O están en las calles y les interesaría
tomarlo, o son los mismos que están en los mercados, que optarían por salir de
lo que ahora tienen en el mercado (no debe ser tan bueno, si tal es su deseo)
para tomarlo. No hay que hilar muy fino: los comerciantes informales están más
en las calles que en los mercados et al (lógica simple: a pesar de los riesgos,
es más rentable vender en las calles que en esos lugares) y son víctimas
cotidianas (todo guayaco sin mente de burbuja sabe que esto es así) de la
violencia institucional del Estado local, encarnado en la Policía
Metropolitana.
b) Ser más transparente: Le preguntaron al alcalde Nebot que de dónde
vendría el dinero para otorgar estos créditos. Una pregunta que una autoridad
responsable habría explicado con detalle (al final del día, son recursos
públicos) el alcalde la atajó con esos modos antológicos que le permite su
periodismo mascota:
- “¿Y la plata?”
- “La plata, la tenemos”.
Uno pensaría en una
repregunta, pero nada más alejado de ello:
- “Por eso se busca blindar
el modelo de Guayaquil”.
Es decir, no te responde,
pero igual lo aplaudes. Un modélico perro fiel.
Así, si uno reemplazara
las voces de los que entrevistan al alcalde Nebot en Radio Sucre por ladridos,
sustancialmente, no se perdería nada de nada. Es más, se ganaría en un
atributo: en honestidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario