Es difícil entender este
“meme de opinión” como no sea como un ejercicio de “periodismo revanchista”. Es
decir, uno que ha nacido con una clara consigna (ser un perro de presa para el
“correísmo”) y que, una vez vencido su enemigo, se solaza en su derrota.
Dos cuestionamientos
básicos:
1) El
periodismo debería tener un norte de respeto a los derechos de todas las
personas (así lo dice no menos que la Corte IDH*). Este ejercicio visceral de
Andersson Boscán es todo lo contario a este sano propósito. Es más o menos así:
“¿Quiénes son los malos? Correa y sus secuaces. ¿Quiénes somos los buenos?
Todos los que nos oponemos a Correa y sus secuaces”. Y desde estas premisas surge
una cascada de adjetivos y acusaciones que parecen justificar cualquier
maltrato o abuso que ahora sufran los “correístas” porque antes ellos lo
propiciaron en otros (AKA “revancha”).
Y además… ¿Valentía? Eso
ya es nivel roldosista.
2) El
enemigo de mi enemigo es mi amigo: por cómo Andersson Boscán lo trata a Jaime Nebot
en su nota “Jaime Nebot presenta al nuevo Jaime Nebot”, esta consigna se
cumple en su caso. Este mismo implacable censor del gobierno de Correa es una
mansa palomita frente a la administración del Alcalde Nebot, al que llama “el
refurbished”. Se permite, incluso, alguna más para la risa. Escribe Boscán:
“[Nebot
hace su discurso] con la soltura que una administración probada concede.
Después de todo a Nebot se lo critica por muchos costados: ninguno por
incompetencia”.
Ese “ninguno” es porque
nadie en el periodismo nacional se anima a hacerlo. Pues hay de sobra elementos
para considerarlo un “incompetente”: la ineficacia en controlar la
contaminación ambiental y la construcción de las edificaciones en la urbe, el
evidente atraso en la implementación de la Metrovía (apenas 3 de las 7
troncales planificadas se han construido), la desigualdad estructural en la
prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y recolección de
desechos sólidos, la ausencia de espacios públicos y áreas verdes, la
vulnerabilidad de la ciudad a los riesgos de terremotos e inundaciones… Guayaquil
es una ciudad con notorias muestras de “incompetencia” que el periodismo mediocre
de Guayaquil (y del país) han esquivado casi siempre.**
Por lo pronto: En el
“periodismo revanchista” están demasiado
ocupados en buscar las descalificaciones a todo lo que puede asociarse con el
término “correísmo”, como para ponerse a realizar una investigación seria, honesta
y profunda sobre lo que ha significado la administración de Jaime Nebot en
Guayaquil.
Porque esa investigación
sí sería respetuosa de los principios básicos del periodismo, ¿no?
* La
opinión de la Corte IDH: “En su jurisprudencia la Corte ha establecido que los
medios de comunicación social juegan un rol esencial como vehículos para el
ejercicio de la dimensión social de la libertad de expresión en una sociedad
democrática, razón por la cual es indispensable que recojan las más diversas
informaciones y opiniones. Los referidos medios, como instrumentos esenciales
de la libertad de pensamiento y de expresión, deben ejercer con responsabilidad
la función social que desarrollan. Dada la importancia de la libertad de
expresión en una sociedad democrática y la elevada responsabilidad que ello
entraña para quienes ejercen profesionalmente labores de comunicación social
[…] la equidad debe regir el flujo informativo”, v. Caso Fontevecchia y D’Amico vs. Argentina, Sentencia de 29 de noviembre de 2011 (Fondo, Reparaciones
y Costas), Serie C No 238, Párr. 44-45.
** Sobre
las “incompetencias” de la administración de Nebot en Guayaquil puede
leerse mucho en este enlace a las publicaciones de mi blog archivadas bajo la etiqueta “Modelo empresarial de desarrollo”.
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