Hay una fantasía que
recorre el Ecuador: la fantasía del “correísmo”. En este relato fantástico, el “correísmo”
es el equivalente ecuatoriano del Holocausto*. Antes de él, éramos buenos en este país, después de él (de la
mano del PSC) volveremos a serlo. Un exponente de este género fantástico es el
columnista de El Universo, Pedro Valverde (“Los defensores del correato...”).
Según Valverde, el
neologismo “descorreizar” significa “erradicar prácticas autoritarias y
corruptas, que lejos de mirar el interés ciudadano estuvieron enfocadas en
satisfacer egos y bolsillos, perseguir opositores, alcahuetear a los afines”…
como si en el único período de la historia política del Ecuador en el que eso
pasó fue el gobierno de Rafael Correa. En realidad, ese es el modus operandi de la política
ecuatoriana: así, para cumplir con lo que dice Valverde de “erradicar prácticas
autoritarias y corruptas” habría que “desecuatorianizar” la política, porque
esas prácticas las había antes de Rafael Correa (podrían usarse como una
definición precisa del gobierno de otro presidente autoritario y originario de
Guayaquil, León Febres-Cordero) y se las mantiene y mantendrá todavía después
de Correa, a no engañarse.
Es más: Valverde, si no
fuera el columnista sesgado al PSC que es, podría identificar esas mismas prácticas
políticas en el gobierno de la ciudad en la que reside.
* En
realidad, no se coman ustedes los amagues: este uso del “correísmo” es apenas una
coartada para justificar nuevos abusos.
2 comentarios:
A mi me sorprende que la reserva moral del pais, o llamense "los medios", le sigan permitiendo escribir despues de su tristemente celebre editorial "El pais de mis hijos"
Es el periodismo que merecemos porque siendo que las marchas podrian ser tambien afuera de los medios de comunicacion, no lo son.
La falta de pensamiento crítico de la ciudadanía (en particular, la guayaquileña) es una consecuencia directa de las miserias de nuestro periodismo. En opinión, en información.
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