Conducir por la izquierda

15 de junio de 2018


Soy un firme convencido de que el cumplimiento generalizado de dos simples reglas cambiarían de manera radical la circulación de los vehículos a motor en Guayaquil:

Regla # 1: Toma un carril y mantente en él.
Regla # 2: Si tomas el carril izquierdo, vas rápido.

Hoy salí temprano de mi casa para ver el primer partido de este día de Mundial que empezaba a las 7 am. Subía en mi carro por Avenida del Ejército, por el carril izquierdo. Sobre ese mismo carril rodaba una moto, e iba lento. Le pité. Obvio, fue un esfuerzo inútil. Le pité una vez más, y recién allí el de la moto encendió una direccional. Iba a virar a la izquierda en Alejo Lascano, como también iba a hacerlo yo.

Viramos. Nos detuvimos uno al lado del otro en la luz roja de la intersección de Lascano y Mascote. Yo estaba del lado izquierdo, él a mi derecha. El tipo tenía un casco que le cubría la boca y yo tenía mi ventana del pasajero cerrada, por lo que cuando empezó a increparme no le entendí ni verga, pero era obvio que el motoquero ensayaba un reclamo por haberle pitado dos veces.

Bajé la ventana del pasajero. Le empecé a hablar en un tono suficientemente alto como para que no se pierda ni una de mis palabras: “La izquierda es para ir rápido, si vas por la izquierda, debes ir rápido”. Acompañaba mis dichos con gestos visibles y aspaventosos: con la mano derecha hacía las señas correspondientes a “rapidez” y con la mano izquierda señalaba el carril izquierdo. Estaba consciente, por el tono y los gestos, de que lo estaba tratando como a un perfecto subnormal, pero es que en el fondo sospechaba que de eso se trataba este combo de hombre y moto. 

Yo supongo que él quiso decirme que iba lento por la izquierda porque pensaba virar a la izquierda, pero eso era una estupidez, porque este pelmazo motorizado ya iba lento dos cuadras antes de la intersección en la cual iba a hacer eso. De todas maneras, no me enteré jamás: mi voz y su propio casco corcharon todo intento de expresión de su parte. “No te escucho, pana”, le dije, “tu casco no te deja hablar. Lo importante es: Izquierda, Rápido. Izquierda, Rápido. Apréndelo”.

Mi monólogo fue interrumpido porque giré por Mascote, mientras él continuó de largo por Lascano. Eran las 7:05. El partido iba 0 a 0*.

* Partido entre Uruguay y Egipto, que ganó Uruguay por 1 a 0 con un clásico trinomio yorugua: córner, cabezazo y gol de último minuto.

0 comentarios: