El incorregible ecocidio

18 de septiembre de 2018


Un cambio se registra en la protesta por el ecocidio en Guayaquil: un cambio de tono. Cuando en tiempos del alcalde Febres-Cordero, Guido Chiriboga protestó por el ecocidio guayaco (“Réquiem por nuestros árboles”, títuló su columna) lo hizo de una manera mucho más comedida que la del artículo de Andrea Fiallos ¡El ceibo eres tú!que publicó hoy diario El Universo. 

Guido goin' soft

En el artículo de Andrea Fiallos, el reclamo no pide permiso: ella escribe como quien ejerce un derecho. El derecho a expresar lo que está mal en su ciudad y pedir que la administración pública lo cambie. Si hubiera habido muchos como Fiallos exigiendo a la administración de Jaime Nebot desde su inicio (el año 2000, allá por los tiempos aún del Sucre) por las tantas cosas que esta Alcaldía hace tan mal, Nebot no pasaba del 2004. Pero hay pocos como ella, aún hoy.

Sin embargo, Andrea Fiallos comete el mismo error que cometió antes Guido Chiriboga: asumir que estos son errores de subalternos. Cuando, en realidad, esto está mal desde la cabeza.

Y el resultado de Chiriboga y de Fiallos fue una misma inutilidad. A la lejana petición de Chiriboga, Febres-Cordero no le dio ni cinco de bola. Y la petición de hoy de Andrea Fiallos, nació póstuma. Todavía no se la publicaba en diario El Universo, que el Municipio de Nebot ya destruyó el Ceibo que Fiallos buscaba proteger.

Puede cambiar el tono, pero hay cosas que no cambian. El ecocidio socialcristiano en Guayaquil no cambia: tiene cuarto de siglo con estas prácticas.

Al final del día, los del Municipio socialcristiano son como decía Borges de los peronistas: no son ni buenos ni malos, son incorregibles. Ya es hora de mudarlos.

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