El Gobierno de Lenin Moreno
ha traicionado a la voluntad popular.
Voy a explicar la frase anterior: hubo
un tiempo que el pueblo confió en el Presidente Lenin Moreno, en los albores de
su Gran Traición período de Gobierno. Trepado en esa popularidad, el
Presidente Moreno convocó en noviembre de 2017 a una consulta popular para
aprobar siete reformas. Más allá de cosas de relleno, el propósito era doble: impedir
la reelección del exPresidente Rafael Correa y crear un órgano transitorio que
se encargue de destituir a las altas autoridades nombradas durante el Gobierno
de Correa. El pueblo ecuatoriano confió en el Gobierno de Moreno y le concedió
ambas cosas. Eran los tiempos dulces.
Ya luego todo se pudrió. Para empezar, el
Consejo Transitorio devino en dictatorial (v., sobre esto, ‘La dictadura inadvertida’) y, en
nombre del pueblo, decidió atribuirse unas ‘facultades
extraordinarias’ y nombrar a dedo a las autoridades de reemplazo para las
autoridades que ellos destituyeron. Esto daba motivo para la sospecha, pero
pasó casi inadvertido.
Más motivos para sospechar lo dieron ciertas
designaciones que hizo el Consejo Transitorio: hubo una fabulosa y otra en la
que cojudeó al pueblo. La fabulosa fue
la de Fiscal General del Estado (v., sobre esto, ‘Lo de la futura Fiscal Salazar hiede a corrupción’) y en la que se aplicó el arte del cojudeo fue en la del Contralor General
del Estado. Sobre esto: por su singular ‘mandato’, adoptado el 8 de mayo
de 2019, el Consejo Transitorio decidió no designar a la autoridad que
reemplace al Contralor General destituido (Carlos Pólit), puesto que era
necesaria una ‘reestructuración de la
Contraloría General’ e instaba a los poderes del Estado a ‘viabilizar en el menor tiempo posible la
creación de un Tribunal de Cuentas que reemplace a la Contraloría General del
Estado’. Y mientras esto ocurría, debía asumir el Contralor subrogante,
Pablo Celi, un ser dúctil y conveniente a los intereses persecutorios del
Gobierno del Presidente Moreno. Esto fue un ‘se queda éste, mientras se hace esto otro, que jamás se hará’, es
decir, una de las variantes más comunes en la que se conjuga el verbo cojudear.
Ahora, el motivo de haberse creado el Consejo
Transitorio fue para conducir una transición cuyo objetivo era traspasar el
poder a un nuevo Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, originado
en la voluntad popular. A este efecto se organizaron las elecciones del 24 de
marzo de 2019, pero el pueblo ya no apoyó al Gobierno de Moreno, pues a cuatro
de los siete integrantes del nuevo Consejo elegidos por la voluntad popular, se
los reputó ‘correístas’. Esta fue una
voz de alerta de que el pueblo ya le había dado la espalda al Gobierno de
Moreno, pero igual el Gobierno no se dio por vencido y buscó la destitución de
los elegidos por la voluntad popular, vía un juicio político en la Asamblea
Nacional.
En este punto, el Gobierno de Moreno ya no
contaba con el pueblo, pero todavía podía contar con el apoyo de varios
partidos y movimientos políticos en la Asamblea Nacional (a este apoyo lo
galvanizaba el ‘anti-correísmo’). Y el
Gobierno contó con estos mamarrachos que se dicen representantes del pueblo (es
de suponer que hospitales mediante), y triunfó: logró la destitución de los cuatro
‘correístas’ vía juicio político.
Con las elecciones del 2021 cada vez más cerca,
la actuación del aparato estatal frente a los ‘correístas’ adquirió una pestilencia a persecución política
imposible de soslayar. La actuación de las autoridades puestas de forma
arbitraria, como la Fiscal Salazar y el Contralor Celi, de las autoridades
electorales, de las autoridades de ese basural có(s)mico que es nuestro sistema
de justicia… Todo está hecho tan a la maldita sea, tan sin un mínimo respeto a
las garantías judiciales, que únicamente en este pobre país perdido para el
Estado de Derecho, estas cosas, como son parte de la cotidianidad, no nos
parecen ridículas; pero cuando se la contrasta con los estándares
interamericanos de protección de derechos humanos, el que sabe se caga de la
risa las advierte muy ridículas. Nuestro nivel es haitiano (pero sin ese
buen ron).
Y aún ante todo esto, el pueblo más o menos se
había hecho al dolor. Hasta que llegó la pandemia y explotó la corrupción, los
amarres y las componendas (solo digo un apellido: Bucaram). Y aquí es cuando ya
todo se pudrió, de forma irreversible y definitiva. El pueblo se apercibió de
la corrupción, del cojudeo, de la
persecución política. Le ha retirado su apoyo al Gobierno de una forma jamás
antes vista: el Gobierno de Moreno malvive con un increíble y absurdo 8% de aprobación
de su gestión*. Ya no tiene ni el
apoyo de esos mercachifles de la política en la Asamblea Nacional, pues hace
unos días, 123 de los 137 asambleístas que componen dicho órgano, le pidieron
al Presidente que remueva a esa campeona del cinismo que ejerce la cartera de
Gobierno, la otrora carta progresista devenida en bulldog de la derecha, María Paula Romo. Por supuesto, ella se va a
quedar, pero eso no cambia que a su Gobierno ya no lo quiere nadie. Tiene el
desprecio del pueblo y el de la Asamblea Nacional: ya es un cabal APESTADO.
Y a todo esto, la derecha ecuatoriana, en su laberinto.
Y es que ya estamos en la recta final rumbo a
las elecciones del 2021, cuando se debe admitir que el propósito del Gobierno
de crear un escenario de superación del ‘correísmo’
únicamente está produciendo el regreso del ‘correísmo’.
Son tan imbéciles en el Gobierno, que no solo no produjeron el resultado que
buscaban, sino que están produciendo el resultado contrario a lo que buscaban. (Y
sumado a esto, como ya fue dicho, la
derecha en su laberinto.) Así, la alternativa que le está quedando al ‘anti-correísmo’ para evitar el triunfo
de sus rivales es vieja: la corrupción varia, las leguleyadas, o ya de plano, la
alteración de los resultados el día de la elección presidencial (tengo para mí,
que así llegó a la Presidencia el lisiado mental de Mahuad; dadas las
circunstancias, no me extrañaría que vuelva a ocurrir). Pero ni eso: cuando la
diferencia llega a ser muy grande (Nebot lo comprobó en 1996), ya nada se puede
hacer.
Visto en esta perspectiva, lo que se está
viviendo es el origen de una reacción frente a una traición. No la traición de
Moreno a Correa, pero la traición del Gobierno de Moreno a la voluntad popular
a la que apeló en noviembre de 2017. Cuando el pueblo ecuatoriano todavía le
creía, el Gobierno de Moreno le pidió el voto para luchar contra la corrupción…
pero el Gobierno de Moreno terminó siendo mucho peor en corrupción y en cinismo
(¡la Romo!). Y también en incompetencia, que en este des-Gobierno es brutal.
Dígase lo que se quiera de nuestro pueblo**, pero se termina por dar cuenta y recuerda
otros tiempos, previos a esta época de traiciones y miseria generalizada (moral
y económica). Y entonces no es difícil intuir que su reacción, ya será una
revancha. Y tampoco es difícil saber quién la podrá capitalizar: aquel
candidato asociado con ese pasado reciente, a quien para singularizarlo, basta
con ver a quien todos los demás le hacen cargamontón.
Y será una revancha, pero expresada en votos:
una revancha popular.
*
* Dice
mucho de nuestra clase política que a Gutiérrez el 2005 se lo bajaron con el 33%
de aprobación de su gestión, mientras que a Moreno, ahora, se lo sostiene con
el 8%. Gutiérrez pactó con Bucaram y
cayó; Moreno pactó con Bucaram y sigue.
La diferencia estriba en que Gutiérrez no era un mojón en la marea de los
intereses de las élites, mientras que Moreno sí. Y es por eso que se lo sostiene.
** Tengo
la convicción de que nuestros políticos desprecian a sus electores. Los
consideran más como un ganado al que arrear, que como seres pensantes a los que
respetar, lo que se observa muy claramente en los débiles argumentos que
utiliza nuestra clase política para sostener la obligatoriedad del voto.
6 comentarios:
Excelente comentario todo lo expuesto en ésta publicación es cierto y lo más grave es que pocos abogados del país lo reconocen eso quiere decir que en el país para los hacedores de justicia no es importante la verdad sino sus intereses y no se diga de la clase política y medios de comunicación así como el ejército y policía que hoy por hoy son guardianes de los de delincuentes más avanzados que se a visto en el país esto hace pensar en el hecho de que sirve tener éstas instituciones que sólo sirven para reprimir al pueblo y enriquecer a sus altos mandos
Como siempre Xavier, brillante el pueblo arrasara en las urnas a este gobierno de idiotas corruptos adictos al poder, como la enferma fascista Romo. Revancha popular en camino...
Moreno no cae porque la prensa/banca/psc lo sostienen, y lo sostienen. En 2005 la prensa tomó partido para sacar a Gutiérrez. Lo mismo en el 96. Hoy son los principales defensores de este gobierno, porque han recibido pautas, cargos, y porque temen q la caída de Moreno fortalezca el correísmo.
Muy buen comentario, me da lástima mi patria querida, la lucha social debe seguir no hay que perder la esperanza de construir un país más equitativo más justo.
Lo que sí me sorprende es el silencio de los justos, ¿donde están los profesionales "honestos"? ¿Por que no se involucran en la política? Siempre queda ese sabor amargo, de que si después de tanta lucha social, aún quede algo de hacer por mínimo que sea, simplemente no se ha hecho lo suficiente.
¡La esperanza nunca muere, vamos!
Muy buen análisis. Algo chabacano, pero bien.
Buen resumen histórico y crítico a gobernantes y gobernados
Se confirma de quienes no revisamos el pasado estamos condenados a repetirlo y que el fútbol y las tvnovelas son perjudiciales para la salud democrática (pueblo blandengue)
Lucio Gutiérrez si es mojón, regreso con el oleaje
Saludos
Todo lo dicho en ese comentario es un acierto. El pueblo tiene que elegir para su propio bienestar no para el del candidato , tenemos que reflexionar muy bien cuando vayamos a las urnas no dejemos que otros piensen por nosotros . Dejemos de pertenecer a un partido político hagamos las cosas por nosotros por nuestros hijos hay que sacar el país adelante. Estos políticos siempre nos han utilizado. Este gobierno nos acabo de joder...
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