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La demorada Aerovía

21 de diciembre de 2020


La Aerovía fue una oferta de campaña en el programa de gobierno del candidato Jaime Nebot para el período 2014-2019, cuando postuló para su cuarta Alcaldía. En ese entonces, Nebot ofreció la construcción de la Aerovía, que iba a inaugurarse todavía en su período, el año 2017. Esto no ocurrió: esta obra ofrecida el 2014 concluyó hoy, tres años después de cuando fue ofrecida. Es decir, se demoró el doble.

 

Por supuesto, en el día de su inauguración, nadie en los medios de comunicación masiva ha recordado este hecho. No se menciona que Nebot ofreció la obra para su período de gobierno, ni que su construcción demoró tres años más allá de su fecha proyectada. Estos hechos se ignoran, porque le resulta conveniente a la facción de Nebot (el PSC) que se los ignore. Y se los ignora, porque incluso más que nuestros políticos, que de por sí ya son muy basura, lo peor que tiene la sociedad civil del Ecuador es su periodismo (en particular, el de Guayaquil). Salvo raras excepciones, son tristes mercenarios de las letras, desprovistos de idealismo y prestos a lamer culos. Como los del PSC.  

 

Porque si ni hablar de su demora pueden, decir que la Aerovía es un timo ya es mucha rareza. 

 

Sobre este timo de la Aerovía, v. ‘Cinco reflexiones a partir de una caricatura de Bonil’.

Cinco reflexiones a partir de una caricatura de Bonil

12 de junio de 2019


Una rareza: Bonil criticó a la administración de la Alcaldía de Guayaquil. Hoy, miércoles 12 de junio de 2019, Bonil dibujó a este muñeco de Monopolio (en clara alusión a la codicia) en plan de querer esquilmar a unos niños. 

Fuente
 
Primera reflexión: Bien, Bonil. Finalmente, sales del clóset.

Segunda reflexión: Es llamativo que esta crítica de Bonil a la gestión de la Alcaldía de Guayaquil (primera en mucho, mucho tiempo) se la haga una vez que se ha ido Jaime Nebot. Contribuye a reforzar la idea de que el cambio de autoridad en Guayaquil provoca fisuras en el casi unánime “con$en$o” que cultivó el régimen anterior.

Tercera reflexión: Es curioso que Bonil ponga de fuente al otro diario de Guayaquil. Es como decir que él ha necesitado acudir a esa otra fuente para informarse y criticar lo que está pasando en la ciudad (o como implícitamente admitir: “Este diario es una perra de la Alcaldía. Aquí no leerán nada en su contra, salvo esta licencia de artista”).

Cuarta reflexión: La Aerovía se la ofreció como promesa de campaña en el 2014, pero tardamos todo el quinquenio del último período de Nebot (2014-2019) y el inicio de la administración actual para empezar a discutir su opaco modelo de negocios, aunque este modelo no resulta ninguna novedad en la forma de administración de la ciudad. Y aunque incluso (como acertadamente lo señala Bonil) hasta unos niños se darían cuenta de que ese modelo es un timo, el Alcalde anterior usó y abusó de ese modelo sin rubor ni contención y, lo que es peor aún, casi sin crítica ni oposición, por 18 años y pico. Y es recién ahora, que ese adefesio aéreo está por operar, que tenemos dos artículos críticos y una caricatura de Bonil. Más lentos que una tortuga parapléjica y con tacos.

Quinta reflexión: Aunque la reflexión anterior es lo que es, si así empieza a llover, que no escampe jamás. Lo que más necesita Guayaquil es ponerse a pensar sobre lo que se ha hecho con ella (porque muchas, demasiadas cosas, se las ha hecho muy mal) y las que se van a hacer para corregir esto que se ha hecho mal. Para este propósito necesitaremos a Moncada y a Bonil, a diario Expreso y a diario El Universo, a las autoridades municipales y a la Academia, y en fin, a todos los que quieran sumar esfuerzos para componer una ciudad mal hecha, rumbo a inundarse.

Por lo demás, es esta una gran caricatura de Bonil, salvo porque al pequeño Nebot a la derecha le falta un globo que diga: “Yo de esto llevaré tajada”. Allí estaba completa.

Patiño y la política del periodismo nacional

23 de abril de 2019


¿Qué posibilidades tiene Ricardo Patiño, figura asociada a Rafael Correa, de recibir un trato justo del periodismo nacional? Casi nulas, como lo demuestra esta bajeza de Bonil que se publicó en el diario El Universo del día de ayer:


Si algo desnuda esta caricatura es que la defensa de los principios se supedita a los intereses de la política. Si Bonil fuese consecuente con el derecho a la libertad de expresión que dice defender, debería denunciar el abuso que soporta Patiño por emitir su opinión en temas de interés político. Pero es evidente que pesa más en Bonil la política editorial del diario en el que hace sus trazos: en esta política, criticarlo a Patiño no matter what es lo de rigor, a fucking no-brainer. Así es como la política reduce a cenizas la defensa de los principios, incluso en una persona de probado ingenio.

Son necesarias dos explicaciones. La primera: el caso de Patiño es una grosera vulneración de los derechos a la libertad de expresión y a la libertad personal. Patiño es un político que expresó, ante un auditorio de militantes del movimiento político del que él forma parte y en octubre del año que pasó, que “tenemos que tomarnos las instituciones públicas, tenemos que tomarnos los caminos”. Advirtió también, en otra parte menos difundida de su intervención, que estos hechos no deberían hacerse de manera violenta. Sin embargo, por los dichos de Patiño de ese 27 de octubre del 2018 en Latacunga, la Fiscalía del Ecuador le ha iniciado un proceso penal por un supuesto delito de “instigación”, contemplado en el artículo 363 del Código Orgánico Integral Penal, en los siguientes términos:

Art. 363.- Instigación.- La persona que públicamente instigue a cometer un delito contra una persona o institución y no pueda ser considerada legalmente como copartícipe, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años.

Es decir, le han iniciado un proceso penal por un discurso dicho hace un semestre, por el que expresó a militantes de su movimiento la necesidad de tomarse instituciones y caminos sin recurrir a la violencia. El detalle principal, en el campo del derecho, es que este discurso de Patiño es un discurso que está especialmente protegido por el derecho a la libertad de expresión. De acuerdo con el “Marco jurídico interamericano sobre el derecho a la libertad de expresión” elaborado por la Relatoría para la libertad de Expresión de la CIDH el año 2009, “las expresiones, informaciones, y opiniones atinentes a asuntos de interés público, al Estado y sus instituciones, gozan de mayor protección bajo la Convención Americana, lo cual implica que el Estado debe abstenerse con mayor rigor de establecer limitaciones a estas formas de expresión” (Párr. 35).

De manera concreta, la CIDH ha proscrito el uso de un tipo penal como el usado por Lady Diana Salazar de “instigación” a la violencia pues, en razón de su vaguedad y ambigüedad, resulta un tipo penal violatorio del principio de legalidad y de estándares interamericanos del derecho a la libertad de expresión (Informe 2017, Párr. 1245). ¿Hablaban de que Correa quería venezuelizar el Ecuador? Pues la Fiscal Lady Diana Salazar ha contribuido en mucho a nuestra venezuelización con el uso de este tipo penal, pues el mismo se utilizó también en el abusivo régimen chavista para meterlo preso a Leopoldo López. Y es el mismo que se usa en la Argentina de Macri para tenerla presa a Milagro Sala. Es decir, nos hemos hermanado con Venezuela y Argentina en represión penal. Vaya logro en sus primeros días para la nueva Fiscal.

Ahora, no contenta la Fiscalía del Ecuador con que la sola imputación de este absurdo delito sea una vulneración del derecho a la libertad de expresión, ha actuado de manera tal de añadirle a esta grave vulneración, otra relativa al derecho a la libertad personal. Los hechos son casi asombrosos (no lo son porque esto es Ecuador, país marca “Carabina de Ambrosio”) y son como sigue: la Fiscalía a cargo de Lady Diana Salazar le solicitó la prisión preventiva en contra de Ricardo Patiño a una Jueza en Quito el día lunes, pero esta Jueza no se la dio. Ahora a ella, la Fiscalía de Salazar le inició una investigación por no haber ordenado la prisión preventiva que se le había pedido, al tiempo de volver a la carga: solicitó de nuevo la prisión preventiva en contra de Patiño, pero esta vez ante una Jueza en Latacunga, una que seguramente valoró más la estabilidad en su cargo que el derecho que se comprometió a aplicar cuando asumió la responsabilidad de ser Jueza, pues le dio a Lady Diana Salazar lo ella quería a toda costa: la orden de prisión preventiva en contra de Patiño. Sólo que lo consiguió tarde, cuando ya Patiño estaba fuera del país.

Pero estos hechos casi asombrosos pintan de cuerpo entero a nuestra nueva Fiscal: ella considera que la prisión preventiva debe ser la norma y no la excepción, que se la puede ordenar por simples “sospechas” y que se debe investigar a los jueces que no ordenen las prisiones preventivas que les solicita la Fiscalía que ella dirige. Lady Diana Salazar es una Fiscal con alma de carcelera (¡cómo haría carrera en la Yunái esta mujer!) cuya actuación es furibundamente contraria a los estándares interamericanos sobre el derecho a la libertad personal. Pero por cómo argumentó en el concurso en el que tanto la premiaron, no creo que tenga mucha noticia de ellos, ni sepa para qué sirven, ni que le importen un carajo.

Porque es como la Tabla del 1: los estándares del derecho a la libertad personal son todo lo contrario a las políticas pro-prisión preventiva que ha emprendido la Fiscal Lady Diana Salazar por estos días. Los estándares en esta materia requieren que la prisión preventiva sea una medida de carácter excepcional, cuya justificación debe ser muy estricta. Está de recomendarle a la Fiscal que se lea el Capítulo III del informe de la CIDH sobre “el uso de la prisión preventiva en las Américas”, del año 2013 (pp. 56-87). Será como una advertencia muy didáctica de las razones por las cuales su actuación pro-carcelaria podría llegar a ser demandada ante los órganos del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos.

Ahora, estos abusos suceden, se violenta la libertad de expresión y se trapea con el proceso penal en un claro plan de persecución política, pero el periodismo nacional, pobre, está siempre en otra. Mejor es su rol de pago. Y sacarle la lengua a un Patiño ahora en desgracia porque lero lero él lo hizo antes (?).

Por ello, he aquí la segunda explicación necesaria: la labor del periodismo en el Ecuador no será nunca aclarar esta situación jurídica de Patiño; todo lo contrario, buscarán oscurecer sus antecedentes (vincularlo a todo lo malvado posible) para justificar todo lo que le puede llegar a pasar a él en el presente. Es el clásico “envenenamiento del pozo”, una práctica casi consustancial al hecho de defender una opinión polémica en este país. De esto es horrendo testimonio la caricatura de Bonil.

Así, la política del periodismo local en este caso fue acompañar lo inmediato: el proceso de prisión preventiva dirigido contra Ricardo Patiño. Y lo hicieron con sus herramientas de imbecilización habituales, por supuesto. Patiño se les terminó por escapar a su México lindo y querido, pero es igual una victoria para ellos: es sacarlo del territorio, exiliarlo con chanfle.

El problema de fondo, como pasó con la entrega de Julian Assange a la policía británica, es que los procedimientos que utilizan son estúpidos y terminarán en el mediano plazo por producir un efecto distinto al que buscan: lo que no mata al correísmo, lo terminará por fortalecer.

Y de aquí a unos años, Rafael Correa (acompañado de Patiño, una especie de Robin de este Batman) volverá con fuerza para iniciar (tras el fracaso de la derecha) un nuevo ciclo en nuestra saga política de continuos fracasos y resurrecciones.

De la estirpe de Alarcón

11 de octubre de 2018


El desembarco de las tropas del Consejo transitorio en el Estado ecuatoriano propició una masacre del Morenismo perpetrada en las filas del Correísmo. En 6 meses de evaluación (del 6 de marzo al 6 de septiembre), hubo 27 de 28 cesados entre las autoridades del antiguo régimen, es decir, hubo un único sobreviviente a esas evaluaciones. Ese fue Arturo Cabrera.

¿Quién es Cabrera? En resumidas cuentas, un quiteño burócrata, abogado de la Central y con Diplomado del IAEN y largo historial en el sector público: “Asesor legal en el Ministerio de Finanzas; Asesor en el H. Congreso Nacional (varios períodos); Director Nacional de Asesoría Jurídica del Tribunal Supremo Electoral; Director Ejecutivo del Consejo Nacional de Tránsito; Asesor en la Asamblea Nacional Constituyente; Asesor de la Corte Constitucional; Director Nacional Jurídico del Consejo Nacional Electoral; Director de la Delegación Provincial Electoral de Pichincha, asesor de la Comisión Especializada Permanente de Gobiernos Autónomos Descentralización y Competencias y de la Comisión Especializada Permanente de Régimen Económico, Tributario, su Regulación y Control, de la Asamblea Nacional”. Se principalizó como Juez del Tribunal Contencioso Electoral el 23 de noviembre de 2016 (tomado de la web del TCE).

Cabrera es, entonces, un sobreviviente del Correísmo, del que recibió sueldo durante los tres períodos de gobierno de Rafael Correa. Y un sobreviviente del Morenismo, que eliminó a las autoridades del Correísmo, menos a él.

Un burócrata quiteño con cintura, de la estirpe de Alarcón.

De cuando Bonil es crítico con los políticos.

Bonil y Guayaquil

19 de agosto de 2017

Para alguien tan crítico como el caricaturista Bonil (a quien muchas veces he celebrado por su ingenio) resulta realmente asombroso su silencio sobre lo que pasa en Guayaquil.

Es llamativo, en particular, porque Bonil dibuja para un periódico de Guayaquil. La ciudad registra numerosos problemas (tantas cosas por dibujar) pero sobre estos Bonil jamás se ha pronunciado. Ni un pinche trazo. Su sentido crítico se anula cuando de Guayaquil se trata.

My educated guess: Bonil no tiene un pelo de tonto y sabe que las cosas en Guayaquil no funcionan tan bien como lo dice la propaganda oficial, pero el diario en que él publica (diario El Universo) tiene el estatus de fan enamorada de la Alcaldía de Guayaquil. Supongo, entonces, que esto es lo que encorseta su sentido crítico, al punto de anularlo.

Lo que es una verdadera lástima, porque la Alcaldía de Guayaquil y sus torpezas son una fuente inagotable de humor.  

Xavier Alvarado Roca (Naipe Centralista)

19 de mayo de 2017



De nuevo, como en el caso de Bonil, los autores del Naipe Centralista histeriquean acerca del rol centralista del periodismo guayaquileño. En este naipe se menciona a la “editora quiteña Patricia Estupiñán” de la revista Vistazo, quien “se convirtió en azote de las personalidades de la región” (?). Cuando, en realidad, se ha comido todos los amagues.

En todo caso, como sucede con otros dueños de medios de comunicación (piénsese en Fidel Egas, quien también figura en esta baraja), los autores del Naipe Centralista son conscientes del rol manipulador de Alvarado Roca, en términos meridianamente claros: “Ordena fustigar o asesinar periodísticamente a quien no le da el reconocimiento como para satisfacer sus complejos de grandeza”.

Es decir, uno más en la historia de nuestro patético periodismo.

Cambiar todo

13 de febrero de 2017


Mismo caricaturista, 20 años (1997-2017) en lo mismo.

Diario El Universo, 12 de noviembre de 1997

 
No es su culpa.

Ha sido el narrador visual de un país que nunca se ha querido*

* Mirando a un costado cuando de la Alcaldía de Guayaquil se trata.

Bonil (Naipe Centralista)

21 de septiembre de 2016


Para los creadores del Naipe Centralista, Bonil era un “quiteño infiltrado en diario El Universo”, a quien se acusaba (se decía: “su misión”) era la de menoscabar “el sentido del auto estima guayaquileña lograda durante los últimos años” y “criticar con sutileza […] a los líderes locales”.

 
Sin embargo, Bonil recibió la alcaldía de Jaime Nebot el 10 de agosto del año 2000, con la siguiente ofrenda:

 
Así empezó Bonil, y no hizo críticas, ni sutiles ni de ningún otro tipo, ni antes ni después. Han sido dieciséis años casi ininterrumpidos de silencio, cuando a la alcaldía de Jaime Nebot hay tantas cosas para criticarla: putrefacción del estero Salado, notorias deficiencias en la transportación pública, falencias graves en la prestación de los servicios de alcantarillado, agua potable y recolección de basuras, represión de las libertades civiles (de reunión, de expresión, de circulación) y, sobre todo, la implementación inconsulta y arbitraria de un modelo de desarrollo sin planificación alguna y orientado al beneficio de grupos de poder económico (en especial, del sector de la construcción) que han hecho de Guayaquil una ciudad de profundas inequidades, estancada en su economía, atascada en su tráfico, sin espacios públicos ni áreas verdes, y vulnerable a los riesgos de terremotos e inundaciones (lo segundo es inminente, por efecto del cambio climático). Una Babahoyo gigante, con bolsones de “Miami”.

Y ante toda esta tamaña irresponsabilidad, el buen Bonil, silente.

Hubo un mucho de paranoia en este naipe.

Una caricatura que explica cosas

10 de agosto de 2016


La “amante bandida” de la Alcaldía de Guayaquil recibió a Jaime Nebot en su primer día como alcalde de la ciudad, con esta caricatura: 

 
Tan vieja, que el día de su publicación todavía circulaban los sucres. La caricatura la obtuve en este excelente trabajo de Karen Silva.

En el dibujo de Bonil, León Febres-Cordero le da a Jaime Nebot la llave de Guayaquil. Pero mientras Febres-Cordero tiene los pies firmes en el piso, Nebot los agita y parece estar volando. Suponemos que en un viaje que lo llevaría lejos del periodismo crítico de la ciudad cuya llave en su mano sostiene, porque el periodismo guayaquileño ha sido incapaz de levantar una crítica sostenida a las notorias deficiencias de su gestión, en los dieciséis añitos que hoy cumple (ya es señorita) (1). Han habido apenas unos chispazos de voces críticas en un océano de complacencia y de apoyos indisimulados (2).

Esta caricatura es tan laudatoria, tan entregada, que licencia esta metáfora.

(1) Si el desarrollo de Guayaquil durante el período socialcristiano se compara con la rapacidad administrativa de su precedente roldosista, Guayaquil resulta un éxito en contraste, sin duda. Pero si el desarrollo de Guayaquil se compara con los estándares de ONU Hábitat, organismo de las Naciones Unidas especializado en el desarrollo inclusivo, sostenible y próspero de las ciudades a nivel mundial, lo puesto en práctica en este casi cuarto de siglo de dominación socialcristiana de Guayaquil ha sido un rotundo fracaso.
(2) ¿Cuánto habría durado Nebot con una prensa en contra? Una prensa investigativa en serio, que hubiera hurgado en las sospechas y buscado los detalles de cómo administra los dineros de la ciudad la Alcaldía de Guayaquil y sus fundaciones adláteres, habría cambiado la historia de esta ciudad. No sólo por lo que habría dicho un periodismo con una postura crítica (no esta prensa complaciente que mira a un costado y pasa silbando) sino porque una población informada genera una sociedad más crítica, más resistente a los abusos y más participativa en lo que resulta de interés público (áreas verdes, espacios públicos, transporte público). Armados de esa sociedad, nos habríamos ahorrado algunos años de caminar en la dirección equivocada.

Compromiso de morondanga

13 de junio de 2009


"Lo civilizado es juntar esfuerzos para que la gente progrese. Obviamente, se necesita más de una voluntad, la conversación profunda, y con ánimo de escuchar y concretar cosas que hagan real un cambio en beneficio de las personas".

Esta es la declaración de un sólido compromiso con el diálogo en democracia. Entonces, ¿por qué no escucha a los informales? ¿O es que el diálogo sólo vale para algunos? (para los que asisten a aplaudirlo a la Cámara de Comercio). Ummm, compromiso de morondanga.

Bonil la tiene clarísima:

Bonil es lo más

21 de abril de 2009

Según el Bonil del día de hoy, el ex obispo Lugo cumplió la consigna de hacerlo “a pelo”. (El soundtrack de su vida podría muy bien ser éste.) A mí me dolió la panza de tanto reírme cuando Bonil publicó esta caricatura (22.IX.06). La estupidez del “Arcángel del Cioppo” quedó, nunca mejor dicho, al desnudo (nótese el detalle de la "aureola-preservativo", ja):
De veras, es Bonil “el amigo que nunca falla”.