Hablando de
entrevistadores (1), una comunicadora
política, recientemente nombrada jefa de campaña de Donald Trump, Kellyanne
Conway, dio una entrevista en el programa de HBO “Real Time” (conducido por Bill Maher) el viernes 16 de septiembre.
Bill Maher tiene una trayectoria de más de veinte años como conductor de programas
de humor político y Kellyanne Conway ha sido una invitada habitual en ellos:
una de las “original blonde conservatives”
(0:20).
Donald Trump es un
fanfarrón y bodoque que ha demandado a Bill Maher por haber dicho que su padre
era un orangután. Pero como Rodrigo Borja ha vaticinado (2), este sujeto de cuidado tiene las de ganar en la carrera a la
presidencia de los Estados Unidos de América.
Bill Maher, Donald Trump y su supuesto padre. |
Trump contrató a esta jefa
de campaña, vieja amiga de Maher, a la que autorizó a participar de esta
entrevista (“he said to say hello” -2:37). Todo estaba en su contra: un auditorio liberal, el
enfrentarse (más allá de la amistad de años) con el “talking head master” de ese sector del electorado y, por sobre
todo, tener el oficio que ella tenía, porque simplemente Donald Trump is bad.
Conway da una clase de
cómo sobrevivir a fuego enemigo durante una entrevista. Y de cómo pilotear una idea, al punto no sólo que Maher no logró
ridiculizarla (su evidente propósito durante 13 minutos) sino que es probable
que haya terminado pareciéndole una opción razonable
a los indecisos de ese sector del electorado a los que ella quería apelar.
La nobleza de Bill Maher se
demuestra cuando al final le reconoce a Conway su mérito en esta conversación
(“I gotta give it to you. You did it” -12:52), que es lo mismo que admitir su prevalencia en esta lucha dialéctica (3).
Estrictamente desde el
punto de vista de la puesta en escena, she played it well, indeed.
(1) Por
este artículo reciente: ‘Pinoargote, vencido’, Xavier Flores Aguirre, 23 de septiembre de 2016.
(2)
‘Dos vaticinios’, Xavier Flores Aguirre, 21 de septiembre de 2016.
(3)
En una comparación con la entrevista de Pinoargote a Mery, en ambas el
entrevistado triunfó, pero la reacción del entrevistador fue muy distinta. Los
dos entrevistadores fueron confrontativos, pero mientras Pinoargote se abatió
con su derrota y le terminaron pronto el programa, Maher se lo tomó con una
sonrisa y con un gentil reconocimiento a su “rival”. A good sport.
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