El comentario de Juan Sebastián Utreras-Carrera en la entrada inmediata anterior me incentivó a formular estas precisiones para explicarles qué es lo que yo entiendo con mis dichos de que El Universo, en su entrevista del 28 de marzo, intentó “probar un argumento”. Analizaré en extenso la entrevista y, al término de ese análisis, formularé una conclusión.
1) El análisis
El 28 de marzo diario El Universo publica una entrevista a Frank La Rue (una de las tres personas y el primer latinoamericano en ocupar el importante cargo de Relator de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión –las otras dos fueron Abia Hussain de la India -1993-2002- y Ambeyi Ligabo de Kenia -2002-2008). A La Rue lo entrevistan Xavier Reyes y Gladys Rivadeneira (intentaré sustentar lo siguiente con este análisis) no con el noble propósito de conocer su opinión sobre el derecho a la libertad de expresión y explorarlo en sus distintas aristas (lo que sería muy relevante, en la medida en que La Rue ejerce el cargo que ejerce) sino para intentar probar los abusos del Gobierno central en materia de libertad de expresión.
Veamos. El primer párrafo nos anticipa el tono de la entrevista, al afirmar, “el papel de los medios es generar el espíritu crítico en la población, el que no debe ser censurado por los políticos y gobiernos”. Digamos, todo bien todavía. Su segundo párrafo inicia con la frase, “(La Rue) sabe que el gobierno de Rafael Correa se ha enfrentado con la prensa crítica” y aporta como premisa para esa conclusión el que “lo escuchó en la Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa”. Aquí ya estamos mal. Lo estamos, primero, porque ya los entrevistadores se arrogan el membrete de “prensa crítica” y, enseguida y más importante, porque el propio La Rue afirma, en el curso de la entrevista, “No conozco la situación de Ecuador”, “No he oído al Presidente Correa en sus difusiones de fin de semana”, “No conozco los detalles (en Ecuador)”, “Me falta escuchar la versión oficial”. Sin embargo, los entrevistadores, Reyes y Rivadeneira (llamémoslos, para efectos prácticos, R&R) afirman que él sabe. Sigamos. En la primera pregunta, La Rue formula una observación interesante: hace una distinción entre “libertad de prensa” y “libertad de expresión”: le concede un contenido amplio y muy merecedor de debate a la libertad de expresión al afirmar que este derecho “abarca mucho más (que el derecho a la libertad de prensa, N. del A.), es la libertad de los pueblos a estar informados, a acceder a información para formular una opinión y a expresarse a través de distintos medios”. Tres opciones para explorar: muy ricas vetas para desarrollar un análisis, por ejemplo, sobre la dimensión social del derecho a la libertad de expresión. ¿Qué hacen R&R? No exploran ninguna y vuelven a la carga con la libertad de prensa. La respuesta de La Rue pone de nuevo la pelota donde él la había puesto antes, dice que la libertad de prensa es “para investigar y difundir” pero insiste en “la libertad de los pueblos de estar informados” e insiste en que se trata de “un derecho colectivo”. De nuevo, aparece aquí la dimensión social. ¿Qué hacen R&R? Esquivan de nuevo el tema y, previsiblemente, vuelven acuciosos sobre la libertad de prensa: ahora la puntualizan, qué cómo la percibe él en Ecuador le preguntan. La Rue contesta “Muy bien” y pasa a hacer una referencia regional, dice que se “ha avanzado” en la materia y que se tiene “la jurisprudencia más avanzada del mundo”, para terminar con una referencia a que el “único problema es la violencia del crimen organizado y del narcotráfico”. Lindas vetas para explorar, nuevamente, por ejemplo con preguntas sobre en qué consisten esos avances, cuál es el contenido de esa jurisprudencia, cómo afectan esos actores no estatales a la libertad de expresión. ¿Qué hacen R&R? Se refieren de nuevo a Ecuador, mencionan que existen las leyes de difamación y desacato. La Rue coincide con ellos en que deben desaparecer y expresa su convicción de que en “corto plazo desaparecerán” (ojalá sea cierto: pienso escribir sobre este particular en breve). Al fin, R&R le dan descanso a su monotemático interrogatorio y hacen una pregunta (que no carece de gancho, por supuesto) sobre cómo deben asumir los funcionarios públicos las críticas. La Rue formula una respuesta sensata y sin aspavientos, salvo por una frase dicha al pasar: “La crítica también la entiendo para muchos medios que ejercían una cuota más grande de poder”. Ni fu ni fa, R&R. Más bien, vuelta a lo suyo, machacar contra el Gobierno: en la pregunta siguiente afirman que el Gobierno central “utiliza la maquinaria estatal para hacer campaña y a la vez descalifica a los medios que son críticos” (de nuevo el autoendilgado remoquete de “prensa crítica”). La Rue dice desconocer el caso ecuatoriano y dice además dos cosas interesantes, una, “que debe haber medios públicos, pero autónomos” y, dos, que no ve mal la existencia de “gobiernos más mediáticos” y que el Gobierno “debe tener acceso a todos los medios para informar a la población”. Para R&R es como ver llover, ni se inmutan y siguen con su cantilena, la que ahora personalizan (al menos con cierto estilo, no dicen el nombre del diario al que hizo referencia Correa, el que, por supuesto, era El Universo) a lo que La Rue responde que no ha oído al Presidente Correa. Vuelven R&R, ahora con el uso de fondos públicos para hacer propaganda y de nuevo La Rue dice que no comenta el caso ecuatoriano. Supongo que para matizar un poco, la siguiente pregunta permite un desarrollo teórico: es sobre la publicidad oficial, La Rue en dos respuestas desarrolla el argumento de que si “hay una disminución sustancial a un medio de comunicación por razones políticas, esa es una forma de censura”. Al parecer, aquí no hay mucho por donde agarrarse, y R&R pasan a la siguiente pregunta, que es sobre la tensión entre un Gobierno y un medio de comunicación crítico y la siguiente es acerca de las consecuencias de ese enfrentamiento. La Rue dice cosas obvias con formas políticamente correctas, pero dice algo interesante, el que “criticar a un medio es absolutamente válido, ninguno tiene la propiedad absoluta de la verdad”. Vuelven R&R sobre la situación ecuatoriana y preguntan por el informe de la SIP sobre Ecuador y La Rue afirma que lo escuchó, y le preguntan entonces que qué idea tiene al respecto y La Rue responde que le falta la versión oficial. La última pregunta cierra el tono de todo este interrogatorio, que a estas alturas es difícil no admitir que iba en busca un culpable (para el titular, no se olviden que eso sí es importante): “¿en qué debe consistir la crítica, si desde el poder se deslegitima al periodismo y se descalifica a los periodistas?”. La Rue les responde, ¡ustedes también!: “Lo mismo pasa con los políticos, se deslegitima a los políticos” (aquí habría que preguntarse con qué intereses se lo suele hacer). Y de inmediato acota, “Uno debe ser lo más profesional, lo más técnico y lo menos subjetivo posible”. Atributos éstos (quisiera pensar que éste es el entrelíneas de La Rue, lo que nos hablaría de su sutil inteligencia) de los que no participaron R&R en el desarrollo de esta “entrevista”.
Por cierto, un antecedente necesario: La Rue había advertido que no venía en visita oficial y que no pensaba comentar ningún tema en relación con la situación del país en materia de libertad de expresión. A pesar de ello, R&R se empecinaron con entusiasmo pueril y digno de una mucha mejor causa de hacer exactamente todo lo contrario.
2) La conclusión
La conclusión es evidente: la entrevista es sumamente tendenciosa. La Rue les lanzó muchas líneas interesantes a sus entrevistadores, pero a ellos nunca les interesó aproximarse a la complejidad del personaje sino cumplir una misión, buscar un titular y complacer a sus patrones. De verdad, es vergonzoso el pretender utilizar a un personaje para “probar un argumento” que les interesa a sus patrones y no preocuparse de explorar lo que el personaje puede decirnos. La libertad de expresión merece mucho más que esa tendenciosa pobreza. Y conste que no sólo eran las líneas que en el curso de la entrevista lanzó La Rue, sino que una simple visita al profeta Google (como lo prueba la noticia que publicó Telecinco de España) daba como resultado que a La Rue podría preguntársele sobre los segmentos diferenciados del espectro radiotelevisivo, el acceso a la comunicación como un motor para el desarrollo, la comunicación como un derecho económico. Pero no. Ya fue dicho, mejor es callar: conviene.
1) El análisis
El 28 de marzo diario El Universo publica una entrevista a Frank La Rue (una de las tres personas y el primer latinoamericano en ocupar el importante cargo de Relator de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión –las otras dos fueron Abia Hussain de la India -1993-2002- y Ambeyi Ligabo de Kenia -2002-2008). A La Rue lo entrevistan Xavier Reyes y Gladys Rivadeneira (intentaré sustentar lo siguiente con este análisis) no con el noble propósito de conocer su opinión sobre el derecho a la libertad de expresión y explorarlo en sus distintas aristas (lo que sería muy relevante, en la medida en que La Rue ejerce el cargo que ejerce) sino para intentar probar los abusos del Gobierno central en materia de libertad de expresión.
Veamos. El primer párrafo nos anticipa el tono de la entrevista, al afirmar, “el papel de los medios es generar el espíritu crítico en la población, el que no debe ser censurado por los políticos y gobiernos”. Digamos, todo bien todavía. Su segundo párrafo inicia con la frase, “(La Rue) sabe que el gobierno de Rafael Correa se ha enfrentado con la prensa crítica” y aporta como premisa para esa conclusión el que “lo escuchó en la Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa”. Aquí ya estamos mal. Lo estamos, primero, porque ya los entrevistadores se arrogan el membrete de “prensa crítica” y, enseguida y más importante, porque el propio La Rue afirma, en el curso de la entrevista, “No conozco la situación de Ecuador”, “No he oído al Presidente Correa en sus difusiones de fin de semana”, “No conozco los detalles (en Ecuador)”, “Me falta escuchar la versión oficial”. Sin embargo, los entrevistadores, Reyes y Rivadeneira (llamémoslos, para efectos prácticos, R&R) afirman que él sabe. Sigamos. En la primera pregunta, La Rue formula una observación interesante: hace una distinción entre “libertad de prensa” y “libertad de expresión”: le concede un contenido amplio y muy merecedor de debate a la libertad de expresión al afirmar que este derecho “abarca mucho más (que el derecho a la libertad de prensa, N. del A.), es la libertad de los pueblos a estar informados, a acceder a información para formular una opinión y a expresarse a través de distintos medios”. Tres opciones para explorar: muy ricas vetas para desarrollar un análisis, por ejemplo, sobre la dimensión social del derecho a la libertad de expresión. ¿Qué hacen R&R? No exploran ninguna y vuelven a la carga con la libertad de prensa. La respuesta de La Rue pone de nuevo la pelota donde él la había puesto antes, dice que la libertad de prensa es “para investigar y difundir” pero insiste en “la libertad de los pueblos de estar informados” e insiste en que se trata de “un derecho colectivo”. De nuevo, aparece aquí la dimensión social. ¿Qué hacen R&R? Esquivan de nuevo el tema y, previsiblemente, vuelven acuciosos sobre la libertad de prensa: ahora la puntualizan, qué cómo la percibe él en Ecuador le preguntan. La Rue contesta “Muy bien” y pasa a hacer una referencia regional, dice que se “ha avanzado” en la materia y que se tiene “la jurisprudencia más avanzada del mundo”, para terminar con una referencia a que el “único problema es la violencia del crimen organizado y del narcotráfico”. Lindas vetas para explorar, nuevamente, por ejemplo con preguntas sobre en qué consisten esos avances, cuál es el contenido de esa jurisprudencia, cómo afectan esos actores no estatales a la libertad de expresión. ¿Qué hacen R&R? Se refieren de nuevo a Ecuador, mencionan que existen las leyes de difamación y desacato. La Rue coincide con ellos en que deben desaparecer y expresa su convicción de que en “corto plazo desaparecerán” (ojalá sea cierto: pienso escribir sobre este particular en breve). Al fin, R&R le dan descanso a su monotemático interrogatorio y hacen una pregunta (que no carece de gancho, por supuesto) sobre cómo deben asumir los funcionarios públicos las críticas. La Rue formula una respuesta sensata y sin aspavientos, salvo por una frase dicha al pasar: “La crítica también la entiendo para muchos medios que ejercían una cuota más grande de poder”. Ni fu ni fa, R&R. Más bien, vuelta a lo suyo, machacar contra el Gobierno: en la pregunta siguiente afirman que el Gobierno central “utiliza la maquinaria estatal para hacer campaña y a la vez descalifica a los medios que son críticos” (de nuevo el autoendilgado remoquete de “prensa crítica”). La Rue dice desconocer el caso ecuatoriano y dice además dos cosas interesantes, una, “que debe haber medios públicos, pero autónomos” y, dos, que no ve mal la existencia de “gobiernos más mediáticos” y que el Gobierno “debe tener acceso a todos los medios para informar a la población”. Para R&R es como ver llover, ni se inmutan y siguen con su cantilena, la que ahora personalizan (al menos con cierto estilo, no dicen el nombre del diario al que hizo referencia Correa, el que, por supuesto, era El Universo) a lo que La Rue responde que no ha oído al Presidente Correa. Vuelven R&R, ahora con el uso de fondos públicos para hacer propaganda y de nuevo La Rue dice que no comenta el caso ecuatoriano. Supongo que para matizar un poco, la siguiente pregunta permite un desarrollo teórico: es sobre la publicidad oficial, La Rue en dos respuestas desarrolla el argumento de que si “hay una disminución sustancial a un medio de comunicación por razones políticas, esa es una forma de censura”. Al parecer, aquí no hay mucho por donde agarrarse, y R&R pasan a la siguiente pregunta, que es sobre la tensión entre un Gobierno y un medio de comunicación crítico y la siguiente es acerca de las consecuencias de ese enfrentamiento. La Rue dice cosas obvias con formas políticamente correctas, pero dice algo interesante, el que “criticar a un medio es absolutamente válido, ninguno tiene la propiedad absoluta de la verdad”. Vuelven R&R sobre la situación ecuatoriana y preguntan por el informe de la SIP sobre Ecuador y La Rue afirma que lo escuchó, y le preguntan entonces que qué idea tiene al respecto y La Rue responde que le falta la versión oficial. La última pregunta cierra el tono de todo este interrogatorio, que a estas alturas es difícil no admitir que iba en busca un culpable (para el titular, no se olviden que eso sí es importante): “¿en qué debe consistir la crítica, si desde el poder se deslegitima al periodismo y se descalifica a los periodistas?”. La Rue les responde, ¡ustedes también!: “Lo mismo pasa con los políticos, se deslegitima a los políticos” (aquí habría que preguntarse con qué intereses se lo suele hacer). Y de inmediato acota, “Uno debe ser lo más profesional, lo más técnico y lo menos subjetivo posible”. Atributos éstos (quisiera pensar que éste es el entrelíneas de La Rue, lo que nos hablaría de su sutil inteligencia) de los que no participaron R&R en el desarrollo de esta “entrevista”.
Por cierto, un antecedente necesario: La Rue había advertido que no venía en visita oficial y que no pensaba comentar ningún tema en relación con la situación del país en materia de libertad de expresión. A pesar de ello, R&R se empecinaron con entusiasmo pueril y digno de una mucha mejor causa de hacer exactamente todo lo contrario.
2) La conclusión
La conclusión es evidente: la entrevista es sumamente tendenciosa. La Rue les lanzó muchas líneas interesantes a sus entrevistadores, pero a ellos nunca les interesó aproximarse a la complejidad del personaje sino cumplir una misión, buscar un titular y complacer a sus patrones. De verdad, es vergonzoso el pretender utilizar a un personaje para “probar un argumento” que les interesa a sus patrones y no preocuparse de explorar lo que el personaje puede decirnos. La libertad de expresión merece mucho más que esa tendenciosa pobreza. Y conste que no sólo eran las líneas que en el curso de la entrevista lanzó La Rue, sino que una simple visita al profeta Google (como lo prueba la noticia que publicó Telecinco de España) daba como resultado que a La Rue podría preguntársele sobre los segmentos diferenciados del espectro radiotelevisivo, el acceso a la comunicación como un motor para el desarrollo, la comunicación como un derecho económico. Pero no. Ya fue dicho, mejor es callar: conviene.
11 comentarios:
sinceramente, me quito el sombrero ante Frank La Rue. El manejo de la entrevista que realiza para no caer en las garras de la mañoseria y manipulacion por parte de estos dos "periodistas" resulta delicioso de leer, y tristemente ver lo mal parado que dejan al medio que representan, pues en vez de discutir asuntos de fondo, pareceria que les hubiesen dado un cuestionario, que obedientemente se apegaron en todo momento.
Los conceptos que maneja este señor demuestran los niveles de discusion que se manejan referente a la libertad de expresion e inclusion de la poblacion en pensamientos y cuestionamientos criticos.
Lastima que nuestra prensa sea tan obtusa y miope para verse como el ombligo del mundo, en vez de intentar, al menos los grandes medios de comunicacion, ser verdaderos ejemplos en inclusion social y comunicativa.
Me parece un desperdicio que te tomes un post en explicarle algo al amigo del apellido compuesto.
Vamos Xavier, los trolls no merecen adueñarse del cyberespacio.
Por cierto no has comentado nada acerca del desgraciado Guerrón, miserable hombre del chota que con la camiseta de equipo chico (entiendanse las enfermeras de la Central) juega como Messi pero que en equipo grande o selección arruga.
No sea envidioso chamo Fernando, y disculpará nomás, su mercé.
Uno hace lo que puede para labrarse un nicho en este espacio de Xavier, y lograr interesantes, edificantes y educacionales interacciones y discusiones.
Lo de troll, talvez sea cierto, por mi presencia constante en este sitio. Debo reconocer que he aprendido mucho del amigo Flores, y lo que escribe es bastante estimulante como para seguir leyéndolo, rebatiéndolo, refutándolo o acotándolo. Si a usted, don Fercho, no le gusta lo que digo, no me escuche. Aprenda de Flores, quien tiene la paciencia y honestidad intelectual de escuchar, incluso a fastidiosos trolls como yo, o a lúcidos participantes como usted.
Admiro el nivel civilizado de Flores, cosa que no puedo decir de sus palabras y ataques.
Lo del apellido compuesto, no es para avivar las taras coloniales que acongojan a sendos anónimos "chisparosos", que se presentan con nombres bacaneros y originales como "Fernando".
Vivo en Estados Unidos, y escribo mis apellidos de esa manera, para fastidiar a los gringos, y obligarlos a que se molesten en reconocer que tengo padre y madre y que en el mundo hispano, le damos importancia a ambos apellidos. No se acompleje, que eso no tiene nada que ver con los pujos de la aristocracia guayaquileña, que tal parece, hacen mella en su ego, germen fecundo del discurso incendiario de Correa y sus odios de clases.
Por lo demás, Xavier, has abundado suficiente en lo de la libertad de expresión; no puedo coincidir en todo, pero creo que ambos tenemos una intencionalidad ulterior mas noble, y posiblemente similar, cuando discutimos dicho tema. El cómo, nos diferencia un tanto.
La coprolalia de mis opiniones es una ornamentación, que a mi parecer, se asemeja a tus abultadas citas de ilustres personajes, con página y tomo, que sustentan muchas de tus intervenciones. Nada mas. Ya lo dijiste, cada cual da lo que puede. Yo vivo rodeado de patología humana, y por eso entiendo a Fernando y mis términos se enmarcan en alusiones corpóreas.
Charles, La Rue parece un tipo inteligente (yo lo conocí en un seminario en Santiago de Chile -en el que habló de otro tema, sobre las reparaciones del Gobierno de Guatemala por las violaciones de derechos humanos cuya responsabilidad estatal la declaró la Corte IDH-, y me causó una buena impresión). Tiene unos conceptos interesantes que es una lástima que no se hayan explorado por la prensa local (como el del derecho a la libertad de expresión como derecho económico, por ejemplo). Ahora, no solo los grandes medios de comunicación social deberían promover la inclusión social y comunicativa: esa inclusión debería ser tarea de todo medio de comunicación, incluidos los estatales y los comunitarios y rurales.
Fernando, nunca me parecerá un desperdicio la exposición de un argumento. Y no se trata, por hacerlo, de concederle al que tú le dices mi troll la posibilidad de adueñarse de esta bitácora: yo tomo una idea que surge a partir de un comentario de él como punto de partida para desarrollar una idea más compleja de cuyas aristas yo soy el únicos responsable, tanto de sus defectos como de sus virtudes, y no el supuesto troll en cuestión.
Sobre lo de J. Guerrón, jaja, ya en el Feisbuc postulé que deberíamos convertirlo en el nuevo Savonarola, ja. Salute.
Yo creo tambien que los "periodistas" realizaron la citada entrevistas estaban interesados en NO ahondar en temas como el del acceso de los consumidores de medios a estos. Por ejemplo, el criterio que se usa en diario el universo para publicar las cartas de los lectores. Son incontables los temas que se tratan en dichos espacios (de discusion publica? de debate?) y siempre las voces tienen una direccion uniforme, coincidencialmente acordes con los intereses, gustos y tendencias del mencionado medio. Asi, por ejemplo, podemos ver que se le dedico TODO el espacio para cartas de los lectores del dia lunes (o domingo, no recuerdo la verdad el dia pero si la carta) al padre paulino toral en la cual hizo una defensa (supuestamente cientifica, pero ridicula desde ese punto de vista) de las declaraciones del papa benedicto sobre que el uso del condon es un agente propagador del sida, aparte que no representa proteccion alguna para el usuario. Podemos decir que esta bien que siendo un miembro del clero se le otorgue dicho espacio que a mucha gente con opiniones igual de validas nunca se les otorga. Pero importante es leer las repercusiones escritas de lectores del diario que se publicaron los dias siguientes a la carta del mencionado cura: todas (o 4 de cada 5 para ser mas precisos) son odas a la abstinencia sexual y a la moralidad y atacan al condon como medio de proteccion de enfermedades de transmision sexual. Pero eso es solo un ejemplo. He enviado cartas al universo para que sean publicadas sobre diversos temas, incontables veces. NUNCA han publicado ni una sola de ellas. Recuerdo cuando surgio aquella patetica polemica sobre un peninsular ebrio que se restrego la bandera de Guayaquil en el trasero. Por semanas enteras esa fue la noticia de primera plana en el universo y la columna de cartas de los lectores se convirtio en un coro de guayaquileñismo enfermo y de posturas ridiculas hacia nuestros compatriotas peninsulares. En una carta quise expresar mi desacuerdo con mucha gente que decia que "todos" los guayaquileños tenemos que defender "hasta las ultimas consecuencias" esta "terrible ofensa y agresion contra nuestra ciudad por parte del gobierno y de gente mal agradecida y desadaptada". Y empece expresando que yo, como guayaquileño, no veia ninguna terrible ofensa en el hecho de que un borracho en medio de una manifestacion se haya restregado la bandera de guayaquil en el trasero (con otras palabras obviamente, no vaya a ser que alguien argumente que por mi falta de mesura en el contenido fue que se me censuro -aplica este termino para una carta no publicada???-) y de hecho me parecia que la prensa hacia mal en maximizar un hecho que ocurre cada domingo que barcelona va a jugar a quito, o que ocurrio cuando el matematico illingworth descargo toda su furia regionalista contra el letrero de la calle pichincha. En esa carta expuse que me parecia mal que la prensa le de tanta cobertura a un hecho que si bien es cierto es digno de ser noticia, no es un hecho merecedor de la exposicion que se le dio, y que seria bueno que la prensa mida las consecuencias de sus actos ya que estos repercuten en la opinion popular. Ese fue uno de mis primeros intentos, la ultima carta que intente que publiquen fue una en la cual cuestionaba el exceso de cobertura que se le daba al caso chauvin, y que el uso de adjetivos como "narcopolitica" eran peligrosos ya que si bien puede existir la sospecha (o certeza) no existen pruebas. O acaso no sabiamos todos que lucio gutierrez tambien tenia vinculos con las farc, pero nunca leimos en el universo de "narcopolitica". En fin, yo creo que si bien el universo tiene todo el derecho de publicar a discrecion lo que quiera, es mas que obvio que trata de hacerles creer a sus lectores que la mayoria de los ecuatorianos (o consumidores de el universo) piensan de tal o cual manera (que es siempre con la que se identifica dicho diario). Tanto asi que se publican cartas sobre el terrible trato que hay en el hospital del seguro (estatal) pero no se dice nada de las decenas de personas que mueren en la sala de emergencias del hospital luis vernaza (de la junta de beneficencia) por falta de equipos o porque los medicos de guardia estan obligados a trabajar 24 horas de corrido por lo cual en horas de la madrugada no estan aptos para realizar su trabajo, que es, el de salvar vidas. Asi pues, leer el universo de a poco se transforma en una actividad de seleccion de noticias, y uno tiene que tratar de amoldar lo publicado a la realidad, ya que, la realidad segun el diario es diferente a lo que en verdad esta ocurriendo. Y eso que ni hablo de las columnas de opinion porque como son de opinion ahi si pueden decir lo que les venga en gana.
coincido contigo en la importancia de que la tarea de inclusion y formacion de debates, es tarea de todos. Y creo que de manera directa y/o indirecta, este Gobierno ha dado pasos para realizar esa inclusion.
Si bien es cierto no existe todavia el criterio de public broadcasting como existe en EEUU, el gobierno ha planteado reformas y criticas sobre la mesa, que de manera gradual impulsan a un dialogo y discusion entre la poblacion, de distintos estratos, sobre el rumbo que debe tomar el pais. Un ejemplo de eso es el acercamiento de los ministerios y el Presidente a la poblacion, permitiendole a esta hacer preguntas y mostrar sus inquietudes e intercambiar criterios entre el ejecutivo y la poblacion.
Deberia existir una iniciativa de parte de los canales, por ejemplo, para llamar como panelistas a distintos sectores, de la poblacion, no solo en epoca de elecciones, sino de manera continua. El problema es cuando el Dios Rating comanda sus acciones en vez de tener como meta informar y educar a sus televidentes o lectores.
Xavier tienes razón, el espacio es tuyo y puedes aburrirnos si es que quieres, total lo que importa es que te diviertas con "debates robustos" aunque el destinatario del mismo sea el migrante del apellido compuesto.
Felicito tu paciencia para leer todos los comentarios que se vierten en la bitacora, imagino que debes tener el diccionario Cantinflas - Español, Español - Cantinflas para descifrar las epístolas del que sabemos.
Saludos y mañana Noboa titular y al topo momificado (entiéndase Cevallos) que lo manden a la tribuna de la Tasa Blanca.
Està bien, pero mi propio gusto en entrevistas tendenciosas se inclina por aquella famosa que se hizo al gran compositor Arthur "Two Sheds" Jackson:
http://www.youtube.com/watch?v=HLjS3gzHetA
http://www.geocities.com/fang_club/two_sheds.html
JS, gracias por tus palabras (más todavía cuando resultan críticas de mis opiniones). Puedo no coincidir en ocasiones con la forma en que las expresas (le sobran adjetivos, digamos) y ciertamente no coincido muchas veces con el contenido de las mismas, pero les reconozco el interés de debatir los temas y pulir las ideas en liza. Y eso es muy valioso. En el tema de la libertad de expresión mucho queda por decir, muchas aristas que explorar, pero será para otra ocasión en que exploremos soluciones que conviertan ese derecho no en la simplona retórica de quienes no lo defienden, sino en realidad inclusiva y promotora del “debate público robusto”. Haría una distinción entre coprolalia y citas abultadas y retóricas (ah, que pretenden las pobres ser ilustrativas) pero dejémoslo ahí. Un abrazo y suerte.
franciscop, no, los entrevistadores no estaban interesados. Sobre las cartas de los lectores no es difícil (basta observar su contenido) para que se eleven sospechas sobre la tendenciosidad que desde allí se proyecta. Tus ejemplos son elocuentes y mi experiencia no difiere de tus ejemplos. Hace años (antes de escribir siquiera como “Nuestro Invitado” en las páginas de EU) envié una carta al director de EU: se la publicó, pero mutilada de una manera que casi no la reconozco. Cuando era columnista de EU (aunque ya en la época en que el aire empezó a enrarecerse) quise publicar una réplica en la carta al director de los dichos de otro columnista. Pos sencillamente no me la publicaron. EU tiene el derecho, como tú dices, de publicar a discreción en las cartas al director las cartas que desee: pero que nos anticipe entonces que esas cartas no responden a intereses legítimos de la ciudadanía a expresarse sino que expresan un ideario que EU ha asumido como su misión a cumplir y que resulta excluyente de no pocas visiones críticas, así como alentador de otras que se acomodan a su “misión”. Y sabremos, entonces, como lectores a qué atenernos. Finalmente, sobre las columnas de opinión, no creo que “porque como son de opinión ahí sí pueden decir lo que les venga en gana”. Obviamente, suscribo la más alta libertad de opinión de quien emite una columna de opinión. Así, si me lo preguntas, estoy del lado de López Sabando en la medida en que no suscribo una sanción penal por la publicación de su adefesio tendencioso –pero no estoy ni estaré de su lado para defender el contenido de su adefesio tendencioso. Esta aparente contradicción se resuelve si entendemos que las sanciones penales deben erradicarse del debate de las ideas (lo que implica la erradicación de las leyes de desacato y de injurias, ambas vigentes y –para mayor inri- pésimamente redactadas en este país) con lo cual no suscribo que se le aplique ninguna sanción penal a LS y que la respuesta a un editorial como el que LS publicó debe ser más libertad de expresión: mayor debate sobre el contenido de su editorial para enrostrarle la miseria y la tendenciosidad que proyecta. Porque ese es el otro lado de la moneda: si te animas a escribir un artículo de opinión, un mínimo de responsabilidad te obliga a sustentar bien todos los puntos (con hechos, con documentos, con sólidos argumentos) y no hablar pendejadas (lo que constituye todo un deporte de las páginas de opinión locales, a decir verdad). Si las hablas, el reproche debe ser moral (por aprovecharte de un recurso escaso de una pésima manera) e intelectual (hacer quedar mal al emisor de las pendejadas, por el hecho de escribirlas). En fin, el tema da y da para mucho. Solo una última cosa: el “guayaquileñismo” con ocasión del episodio de la bandera fue patético, muy patético.
Charles, al Gobierno y los medios de comunicación social les falta mucho todavía en el campo de la inclusión. Mucho. To keep walking.
F., ese es mi derecho, así es, pero no me interesa dirigírselo, ni así lo he hecho, a una sola persona, sea quien sea esa persona. Me interesa dirigírselo a cualquier visitante de esta bitácora, sea que comente mi opinión o no la comente. La “paciencia” es un compromiso de tomarse en serio el debate de ideas. A veces lo que falta es tiempo.
Coincido con tu comentario fubolero. Noboa a la cancha, Cevallos a las duchas (Klimowicz o Elizaga sacaban el disparo de Baptista). ¡Aguante la selección!
ER, jajajaja, MP es lo más.
Ay, Diocito! Cuanto palabrerío entre post y comentarios, pero tan interesante que al final lo he leído todito. Thumbs up para ti, Xavier, y para todos los comentaristas.
La plena que en Ecuador estamos bien lejos de que nuestra prensa sea objetiva y veraz. No me lo puedo creer eso que comentan, de que en EU hayan publicado cartas de los lectores defendiendo la obtusa posición del papa respecto a los condones. A mi también me han publicado cartas sólo cuando eran en contra del gobierno (una incluso mutilada y tergiversada). De las demás, bien gracias. Nos va a tocar abrir nuestro propio periódico. Un semanario como el alemán Die Zeit me encantaría para Ecuador. Si tuviera la plata que tuvo Bucerius emprendería un proyecto similar. Ahora sólo nos queda seguir bloggeando. Prost!
PS: sigo llorando el empate de ayer. Why, why?
Siento que he llegado tarde a la fiesta...
Xavier, como ciudadano, agradezco mucho el interés que expresas regularmente sobre la libertad de expresión.
Desafortunadamente en el Ecuador la livertad de espreción* es un tema demasiado delicado. Ciertamente tengo muchas simpatías con el gobierno, pero me veo forzado a criticarlo duramente y de forma cada vez más seguida. A la par del gobierno, hay una prensa que no se encuentra así misma, y cada día parece estar más lejos de hacerlo.
La Rue no es ningún tonto como ya fue indicado por mis compañeros comentaristas de tu blog, pero con lo que no se está contando es que La Rue supo de inmediato, -casi instantáneamente- la misión de "R&R" (como tú los has llamado). Esa imponente prudencia, sólo puede venir de desagradables experiencias con otros medios. Fue entonces cuando esa misma prudencia me deprimió, pues entendí que el problema de la prensa no era tan sólo ecuatoriano. Nunca tuve el sueño de que fuera tan sólo un país el afectado por esta plaga de comerciantes armados de plumas, papel e impresoras, pero sí quise suponer que eran muchos los logros alcanzados por otros países de la región.
El mayor diario de las Islas Caimanes ha evolucionado desde sus inicios de protector de las, ahora clases "ofendidas", y sin lugar duda -junto con otros diarios iguales- se ha constituido un lastre para la democracia ecuatoriana.
He leído todos los diarios que han llegado a mis manos, y puedo decir que no hay mejor diario privado que El Expreso. Hasta da gusto leer a Vivanco luego de tanto leer a Palacios. Me da mucha pena por el mayor diario de las Islas caimanes, pues sí hay cosas que disfruto mucho, como las criticas de cine de Icaza, o los artículos de epicuro, y hasta los geniogramas, pero enough is enough.
Hace mucho decidí que la única forma de mantenerme al día con las noticias del país era a través de blogs de intenet y la ocasional ojeada al Expreso. Blogs hay en contra, a favor, y tan imparciales como pueden ser. Esa es mi forma de acceso de las noticias y desde entonces no he mirado atrás.
Ciertamete no creo estarme perdiendo de nada.
*la mala ortografía es intencional.
Saludos.
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