Lo que el alcalde Jaime
Nebot llamó “delito ambiental” se lo ha querido atribuir de manera exclusiva al
operador del caldero. En el comunicado de Balsasud
S.A. en el que asumió la responsabilidad por la contaminación ambiental, la
empresa derivó la culpabilidad en uno de sus empleados: “Descuido del Operador
[sic] al momento de realizar la tarea
de bombear bunker”.
Contrariamente a lo que
podría esperarse dadas las muchas preguntas que tiene que responder la empresa
Balsasud S.A. en razón del documento que el Municipio de Guayaquil presentó a
la Fiscalía el 22 de junio (que el alcalde Nebot no puede no conocer, porque
fue producido por una de sus direcciones y él lo difundió desde su cuenta
personal de Twitter), el Municipio de Guayaquil, en rueda de prensa realizada
ese mismo día, dio por buena la sencilla explicación de la empresa Balsasud
S.A.: “descuido del operador” (7:52).
El “descuido del operador”
tiene tanto sabor a excusa (a un grado tal que “justo” el empleado responsable
de la contaminación se fue de vacaciones a día siguiente de dejar sin agua a la ciudad) que la única razón
por la que puede aceptarse esta excusa es por conveniencia. El Municipio sabe
que Balsasud S.A. violó la normativa ambiental local y nacional que el
Municipio de Guayaquil (vía su Dirección de Ambiente) debió controlar que esta
empresa cumpla. Sabe que Balsasud S.A. no tenía permiso ambiental y sabe que
no tenía implementadas las obras necesarias para la prevención de la contaminación:
“La canaleta de drenaje [del caldero] estaba conectada directamente al canal de
aguas lluvias”, a consecuencia de lo cual se “evita la prevención y contingencia necesarias en caso de derrame de
combustible del área de caldero” (en pocas palabras: si hubiera existido la
obra necesaria que no se controló que haya, no habría existido contaminación
ambiental, ni suspensión por siete horas del servicio de agua potable a toda
una ciudad).
Todas estas violaciones a
la ley eran de conocimiento del alcalde, porque constan en el informe que firmó
el Jefe del Departamento de Calidad y Control Ambiental de la Dirección de
Ambiente del Municipio de Guayaquil, Ing. José Miguel Yturralde Torres, que es
el mismísimo documento que el Municipio presentó en la Fiscalía para la
investigación de este delito ambiental.
Las consecuencias de la contaminación ambiental. Fuente: http://www.metroecuador.com.ec/ |
Que Balsasud S.A. haya
podido actuar de manera tan irresponsable y tan impunemente es también
responsabilidad de la autoridad pública de control (la Dirección de Ambiente)
que no controla nada y que es totalmente ineficaz para hacer cumplir a los
regulados (esto es, a las empresas contaminantes) sus obligaciones y, en
consecuencia, es ineficaz para prevenir la contaminación del río Daule, del que
los guayaquileños obtenemos el agua para beber.
Así, es totalmente conveniente:
como la probada irresponsabilidad de Balsasud S.A. prueba la irresponsabilidad
de la Alcaldía, tiene la culpa un simple operario. La soga se rompe por el lado
más débil. (Dicho morochamente: “se le
cargan al más cojudo”).
Y en Guayaquil, todos
chitos. Aquí no ha pasado es nada.
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