Cincuenteros

4 de agosto de 2016


En el fondo, la diferencia fundamental entre la administración socialcristiana (que abarcará hasta el 2019 casi tres décadas enteras bajo la férula de sólo dos alcaldes) y la administración que la termine por reemplazar, debería ser una diferencia generacional. El “post-socialcristianismo” (de esto ya debe empezar a hablarse) llegará más temprano que tarde y será una oportunidad para procurar una ciudad “verde, inclusiva y sustentable”, a contramano del modelo de desarrollo de ciudad plana de cemento y adoquín implementado por el socialcristianismo (1). Esa ciudad verde, inclusiva y sustentable requiere de un modelo de administración diferente al actual: uno incluyente, participativo y digital.

El socialcristianismo es un modelo de administración que corresponde a otra generación, a una Vieja Guardia: es excluyente, inconsulto, prepotente (2). Muy de los años ‘50s, época de caudillos y de gobierno vertical. 

 
Es notable el paralelismo con el monólogo de cierre (“Editorial New Rule”) de Bill Maher en el programa ‘Real Time’ del 22 de julio. Maher habla de un político discriminador y excluyente nacido en 1946 cuyo nombre es Donald Trump (Nebot es otro político discriminador y excluyente nacido en 1946; Trump en junio, Nebot en octubre). Tienen ellos “aires de familia” en la forma de entender la sociedad: cosas de la época en que crecieron (3). El contexto introduce una variante clave: lo que para Estados Unidos de América es el problema racial, para Guayaquil es la pobreza de las invasiones (4).

(1)La posibilidad de una ciudad verde’, Xavier Flores Aguirre, 18 de enero de 2016.
(2)El liberalismo guayaco’, Xavier Flores Aguirre, 7 de octubre de 2011.
(3)El fascismo municipal’, Xavier Flores Aguirre, 13 de enero del 2012.
(4)Extrema y persistente desigualdad en Guayaquil’, Xavier Flores Aguirre, 13 de junio de 2016.

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