Como dice esta veterana,
con razón:
Primera parte: la ignorancia de la ley
El 11 de enero de 2017
lo entrevistaron al Alcalde de Guayaquil en radio Sucre y le preguntaron por la caída de la cruz de la Catedral. El Alcalde respondió que la competencia
de patrimonio cultural consiste en…
“…cuidar,
en velar, en autorizar, en incentivar al cuidado de los bienes patrimoniales.
No en pagar las reparaciones y el cuidado de los bienes patrimoniales que son
de terceros, de personas particulares, o en este caso, de la curia. En el caso
de los bienes municipales, por supuesto que tenemos que pagar y hacer
mantenimiento, edificación, traslado, etcétera…”.
Ya por aquí el Alcalde de
Guayaquil empieza mal. La competencia de cuidado patrimonial demanda mucho más
de una autoridad municipal responsable: “las facultades de rectoría local,
planificación local, regulación local, control local y gestión local” (Art. 9).
Pero se pone peor.
Segunda parte: la mentira sobre sus propios actos
El 11 de agosto de 2017,
la Alcaldía de Guayaquil publicó el siguiente comunicado, a raíz de su
pretendida demolición de la casa patrimonial de Imbabura y Panamá:
En este comunicado se
incrusta una crasa mentira en su punto 5: la Alcaldía de Guayaquil afirma que
expropió la casa esquinera de las calles Imbabura y Panamá “para construir el
Teatrino”. Esto es falso. La Alcaldía de Guayaquil expropió esa casa, en
principio, para construir el “Museo del Cacao”. Incluso su “fan enamorada” ha advertido que la construcción del “Museo del Cacao” fue el propósito original de la expropiación.
Pero se pone todavía peor.
Tercera parte: la Alcaldía de Guayaquil contra
todos
Pasaron los años y la
Alcaldía de Guayaquil olvidó su proyecto original del “Museo del Cacao”. Su
interés ahora es demoler la casa para trasladar unas partes de ella (“chapas y
rejas”) a otro lado y construir allí un “Teatrino”. Y para demolerlo, la
Alcaldía pretende actuar a lo gamberro, pues según su director de Justicia y
Vigilancia, Xavier Narváez, procederían a demolerlo “lo más pronto posible, sin esperar respuesta del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural”. Es
decir, la Alcaldía pretende actuar contra la ley.
Pero no solo eso: la Alcaldía
pretende actuar en contra de la voluntad de la ciudadanía organizada de
Guayaquil (sí, la abúlica ciudadanía guayaquileña se ha organizado en defensa
de nuestro patrimonio). Por las redes, circula un vídeo en el que se exponen
muchas de nuestras razones para evitar la demolición del inmueble de Panamá e
Imbabura:
La Alcaldía, NS/NC.
Conclusión
El saldo es lamentable: la
Alcaldía de Guayaquil ignora sus obligaciones legales, miente sobre sus
verdaderas intenciones y pretende actuar contra la ley y contra la voluntad de
los ciudadanos de la ciudad que administra.
Es asombroso que esta
pandilla de gamberros siga en el poder en Guayaquil.
1 comentarios:
Excelente!
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