Una pandilla de gamberros

22 de agosto de 2017

Como dice esta veterana, con razón:


Primera parte: la ignorancia de la ley

El 11 de enero de 2017 lo entrevistaron al Alcalde de Guayaquil en radio Sucre y le preguntaron por la caída de la cruz de la Catedral. El Alcalde respondió que la competencia de patrimonio cultural consiste en…

“…cuidar, en velar, en autorizar, en incentivar al cuidado de los bienes patrimoniales. No en pagar las reparaciones y el cuidado de los bienes patrimoniales que son de terceros, de personas particulares, o en este caso, de la curia. En el caso de los bienes municipales, por supuesto que tenemos que pagar y hacer mantenimiento, edificación, traslado, etcétera…”.
  
Ya por aquí el Alcalde de Guayaquil empieza mal. La competencia de cuidado patrimonial demanda mucho más de una autoridad municipal responsable: “las facultades de rectoría local, planificación local, regulación local, control local y gestión local” (Art. 9).

Pero se pone peor.

Segunda parte: la mentira sobre sus propios actos

El 11 de agosto de 2017, la Alcaldía de Guayaquil publicó el siguiente comunicado, a raíz de su pretendida demolición de la casa patrimonial de Imbabura y Panamá:


En este comunicado se incrusta una crasa mentira en su punto 5: la Alcaldía de Guayaquil afirma que expropió la casa esquinera de las calles Imbabura y Panamá “para construir el Teatrino”. Esto es falso. La Alcaldía de Guayaquil expropió esa casa, en principio, para construir el “Museo del Cacao”. Incluso su “fan enamorada” ha advertido que la construcción del “Museo del Cacao” fue el propósito original de la expropiación.

Pero se pone todavía peor.

Tercera parte: la Alcaldía de Guayaquil contra todos

Pasaron los años y la Alcaldía de Guayaquil olvidó su proyecto original del “Museo del Cacao”. Su interés ahora es demoler la casa para trasladar unas partes de ella (“chapas y rejas”) a otro lado y construir allí un “Teatrino”. Y para demolerlo, la Alcaldía pretende actuar a lo gamberro, pues según su director de Justicia y Vigilancia, Xavier Narváez, procederían a demolerlo “lo más pronto posible, sin esperar respuesta del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural”. Es decir, la Alcaldía pretende actuar contra la ley.

Pero no solo eso: la Alcaldía pretende actuar en contra de la voluntad de la ciudadanía organizada de Guayaquil (sí, la abúlica ciudadanía guayaquileña se ha organizado en defensa de nuestro patrimonio). Por las redes, circula un vídeo en el que se exponen muchas de nuestras razones para evitar la demolición del inmueble de Panamá e Imbabura:


La Alcaldía, NS/NC.

Conclusión

El saldo es lamentable: la Alcaldía de Guayaquil ignora sus obligaciones legales, miente sobre sus verdaderas intenciones y pretende actuar contra la ley y contra la voluntad de los ciudadanos de la ciudad que administra.

Es asombroso que esta pandilla de gamberros siga en el poder en Guayaquil.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente!