La Alcaldía de Guayaquil
publicó el 11 de agosto de 2017 un comunicado que tituló: “La verdad sobre el
cuidado de los bienes patrimoniales en Guayaquil”. Es esto:
Vamos punto por punto.
Punto 1:
¿En serio tenían que empezar con una falacia “tu quoque”? Este es un
inicio poco auspicioso, además de ruin.
Punto 2:
Dicen no haber recibido ni un dólar para la preservación de bienes
patrimoniales. Con esta lógica, si no le “dan” plata desde Quito, la Alcaldía
de Guayaquil no va a invertir recursos propios para cuidar el patrimonio de la
ciudad.
Punto 3:
Empieza mal esta enumeración cuando inicia con “La Catedral de Guayaquil”, que
es un vivo ejemplo de su incompetencia para el cuidado del patrimonio.
Por lo demás, el resultado es una mezcla de peras con manzanas pues confunde
las obligaciones de cuidado patrimonial con las obras públicas en general.
Punto 4:
Pedirle a la Alcaldía de Guayaquil que “invierta” dineros públicos en el
cuidado del patrimonio es insensato: como no es una tarea “jugosa” para los
gremios inmobiliario y de la construcción, esto no convoca su interés (lo “jugoso”
es su demolición). Pero la Alcaldía de Guayaquil es tan irresponsable que,
teniendo desde el 3 de junio de 2015 la obligación de dictar “las ordenanzas o
reglamentos que protejan el patrimonio cultural local para su preservación,
mantenimiento y difusión” (Art. 12, núm. 2), todavía no lo hace.
Esto, a pesar de haber un
concejo de alzamanos a disposición.
Punto 5: A
la Alcaldía de Guayaquil parece estorbarle “La Casa del Cacao”. Su
propósito es demolerla, aprovechar algunas cosas (“como chapas y rejas”) y
construir algo nuevo. Se caga en nuestro patrimonio arquitectónico.
El Instituto Nacional de
Patrimonio Cultural ha impedido que la Alcaldía de Guayaquil tire abajo la
casa. A pesar de ser un inmueble de su propiedad y a pesar de tener una
específica obligación legal (“Adoptar medidas precautelatorias para la
protección del patrimonio cultural local”, Art. 13 núm. 3), la Alcaldía
de Guayaquil no piensa hacer nada con este inmueble, salvo verlo caerse para
responsabilizar de ello al INPC. Que se joda el patrimonio, que se joda un
eventual ciudadano al que le caiga la casa o fragmentos de ella encima, que se
joda el INPC.
La Alcaldía de Guayaquil pasa
de todo. Este es su pueblo.
Punto 6:
Su afán justiciero es notable. Ojalá empiecen por aclarar lo que parece un
auto- atentado a un bien patrimonial para apurar su demolición. Porque, aún
dados todos estos antecedentes, eso sería ya demasiado canalla.
Una rara ruptura. Publicado en Facebook, por Paola Martínez. |
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Después de leer este comunicado,
la “verdad” se ha revelado diáfana: en Guayaquil hay que tener mucho cuidado
con el patrimonio. Lo administra su Alcaldía, tamaña irresponsable.
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