Al Presidente Lenin Moreno
le vale madres y a los poderes
privados les gusta que así sea: la institucionalidad del país se coloca (debo
decir: vuelve) a su beneficio. La ciudadanía sería la única que podría emerger
para rechazar esta captura del Estado en aprovechamiento de unos pocos,
principalmente en beneficio de ellos mismos (los que más tienen, incluidos los
medios de comunicación). Pero la ciudadanía está desorganizada (o peor: es
caótica y violenta, como lo demuestran los hechos recientes en Posorja)
y en el Ecuador nunca ha sido un contrapeso valioso del poder político. (Los
reclamos liberales y ciudadanos, en este país, son muy débiles y desarticulados).
En este panorama de mierda, el país escora a la derecha, el
estreno de la muerte cruzada se avecina a mediados del 2019 y Nebot se relame con una tercera vez. Es el gran
emergente de este post-correísmo con sabor a pre-correísmo, que 23 años después
de su última elección presidencial (acumula ya dos derrotas) tiene verdaderas chances de ganar en este tercer intento. Porque Nebot, para ganar, necesita dos
cosas: a Correa fuera de juego y a un rival débil a vencer en la papeleta. El
primer deseo ya le fue concedido.
El segundo viene en forma
de Guillermo Lasso.
De esto y otras cosas, fue
esta entrevista.
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