La revancha de los ancianos de derecha

16 de octubre de 2018


El Ecuador de hoy tiene a los más relevantes órganos de su poder público sometidos a un “Régimen de Transición”, cuyos cargos máximos cambian de ocupantes en un proceso que requiere el exterminio de unos para el provecho de otros, proceso que está a cargo del Consejo transitorio del Dr. Trujillo y los dos seres que cohabitan en él: el que enaltece el Estado de Derecho en la teoría y el que lo destruye con una motosierra en la práctica. Y el de la motosierra va ganando. Por mucho.

La singularidad de este proceso de “transición” en el caso del Ecuador, es que el exterminio de unos no es para el provecho de otros de una generación posterior, que es la evolución natural de la política. Es para el provecho de los viejos de la generación anterior al anterior gobierno. Esto que vivimos en el Ecuador es, realmente, una revancha de los ancianos de derecha. Los que ahora propician el camino para que uno de los suyos, Jaime Nebot, en asocio con “Lenín, el Arlequín”, la marioneta top del poder en la sombra, vuelva a aspirar (como en los noventa) a la Presidencia de la República.

¿A quién golpean con saña estos ancianos? Al expresidente Rafael Correa y a todo lo que se le pueda imputar un poquito de tufo a “correísmo”. “Menos para ellos, más para nosotros” parece ser el denominador común en esta división +65 de nuestra política.

Despelucado, después de un largo día en el aserradero de la institucionalidad pública
 
En la historia de la política ecuatoriana, siempre hay alguien a quien exterminar para que sus reemplazos puedan justificarse: hoy es el correísmo, antes lo fue la “partidocracia” (que ahora está haciendo su Comeback Special) y antes otros de acuerdo con el girar de la rueda de la fortuna. Es el ciclo de siempre en nuestra política caníbal.

Así que lo de ahora es más de lo de mismo y con las prácticas usuales, pero con un único matiz, uno que habla de nuestro atraso. Esto no es una renovación, o una superación de Correa. Es la revancha de un ancianato, con el Dr. Trujillo y su motosierra.

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