El término “guayaco”
registra dos acepciones en el diccionario de la Real Academia Española: una
primera y antigua, como variante antillana de “guayacán”; la segunda,
como definición de “guayasense”, es decir, originario de la provincia
del Guayas. Con la primera, como diría el Pibe Valderrama, “todo bien, todo
bien”. Es con la segunda, el problema.
¿Quién chuchas le encamó a
la RAE que “guayaco” vale por “guayasense”? No lo sabemos, pero sí se sabe que
este acto de maldad se afincó en el diccionario el año 2001, es decir, que
quienquiera que haya logrado timar a los de la RAE para incorporar esta mentira
ha logrado mantener su cuota de desinformación casi por 20 años.
Porque para cualquier
guayasense (y, en general, ecuatoriano) está claro que “guayaco” es una forma
abreviada de decir “guayaquileño”, es decir, originario de la ciudad de Guayaquil, y no esto que dice el diccionario.
2 comentarios:
Monos está bien. Je.
Cierto es!
A excepción de los manabitas y los esmeraldeños, el resto del país es muy apegado a su ciudad,ya sea por nacimiento o, por usar un termino que lo grafique, naturalización.
Nadie dice: soy pichinchano, dicen quiteño, cayambi etc. nadie dice: soy orense, dicen soy machaleño. Pasa igual con Guayas donde nadie se autodefine guayasense. Aquí la gente es milagreña, dauleña, del empalme, durandeño, carbense, de jujan, colimeño, de Balzar etc. Pero el guayaco es el guayasense de Guayaquil. Se puede afirmar que todo guayaco es guayasense pero no todo guayasense es guayaco.
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