La única visita del Libertador
José de San Martín y Matorras (1778-1850) a Guayaquil fue para su entrevista con
Simón Bolívar en julio de 1822. Terminada la entrevista, José de San Martín partió
a Lima, el 20 de septiembre de 1822 presentó su renuncia al Congreso del Perú y
pasó a retirarse a Europa desde 1824. Murió en Boulogne-sur-Mer, Francia, el 17
de agosto de 1850.
Daguerrotipo de José de San Martín |
Se ha colmado de misterios
a la entrevista de Guayaquil entre San Martín y Bolívar. Para el historiador argentino
Felipe Pigna, hay una explicación de “política doméstica” (argentina) para
comprender la decisión tomada por San Martín:
“Se ha
pretendido llenar de misterio la entrevista cuando en realidad ha quedado
bastante claro lo que pasó en aquellos memorables días. Había básicamente dos
temas en discusión; mientras San Martín era partidario de que cada pueblo
liberado decidiera con libertad su futuro, Bolívar, preocupado por el peligro
de la anarquía, estaba interesado en controlar personalmente la evolución
política de las nuevas repúblicas. El otro tema polémico fue quién conduciría
el nuevo ejército libertador que resultaría de la unión de las tropas
comandadas por ambos. San Martín propuso que lo dirigiera Bolívar pero éste
dijo que nunca podría tener a un general de la calidad y capacidad de San
Martín como subordinado. Esta decisión
tenía mucho que ver con la enemistad manifiesta de las autoridades porteñas que
habían abandonado a su suerte hacía tiempo al Libertador y a su ejército.
El nuevo hombre fuerte de Buenos Aires, Bernardino Rivadavia, viejo enemigo de
San Martín, había dado por concluida la campaña libertadora en Mendoza. Queda
mejor hablar de misterio antes que admitir que el Estado argentino, en manos
entonces del ‘más grande hombre civil de la Argentina’, al decir de Mitre, había tomado la férrea decisión de destruir
a San Martín abandonándolo y quitándole toda capacidad de negociación y todo
apoyo militar para terminar su gloriosa campaña. El general argentino tuvo
que tomar entonces la drástica decisión de retirarse de todos sus cargos,
dejarle sus tropas a Bolívar y regresar a su país” (1).
San Martín llegó a
Guayaquil el 26 de julio por la mañana y se retiró al día siguiente por la
noche. Sostuvo dos entrevistas con Bolívar, la más importante el día de su
partida. Apenas permaneció dos días en Guayaquil, pero en ese breve período, el
Libertador San Martín empezó su retirada del poder y dejó descendencia: la hubo
en la guayaquileña Carmen Mirón y Alayón (2).
(1) Pigna,
Felipe, ‘Los mitos de la historia
argentina 2. De San Martín a “El granero del mundo”’, Editorial Planeta,
Buenos Aires, 2005, p. 55. El resaltado es propio.
(2) Así
lo consigna Jurado Noboa en un libro con un título de jocoso sensacionalismo: Jurado
Noboa, Fernando, ‘Las noches de los libertadores’, Vol. 2, Ediciones IADAP, Quito, 1991. Conozco a varios descendientes
de este enlace.
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