Estas elecciones de
febrero y abril del año 2017 han evidenciado la habilidad del alcalde de
Guayaquil Jaime Nebot para convertir sus fracasos en victoria. O puesto de otra
manera, su habilidad para administrar de una manera eficaz su principal poder:
el dominio político excluyente de la ciudad más poblada del Ecuador (uno de
cada seis ecuatorianos viven en Guayaquil).
En estas elecciones, el
PSC de Nebot perdió en todo lo que se propuso: el conglomerado La Unidad que
formó y que iba a ser como La Concertación chilena (?) fracasó de forma miserable, su candidata quedó a gran distancia
(más de 14 puntos) de alcanzar la segunda vuelta, el PSC obtuvo menos de la
mitad de asambleístas que obtuvo CREO, la marcha que afirmó que haría “el 8 de
marzo, a las 15h00” la canceló, el candidato de su preferencia en la segunda
vuelta perdió…
Sin embargo, Jaime Nebot
aparece indemne de todas estas derrotas: pierde Viteri, pierde Lasso, pierde
cualquiera, menos él. En cualquiera de los dos resultados posibles de la
elección del 2 de abril, salía bien parado. El broche de oro de su estrategia fue
el discurso del miércoles 26 de abril, transmitido vía Facebook. Este
discurso admite dos lecturas.
Primera lectura: Atacar a Lasso
Fueron 8 minutos y medio
de utilizar a Lasso como muñeco de trapo en el piso y entrarle a patadas. Nebot
se dio gusto: citó a la Iglesia Católica, se burló del fracaso de su rival y lo
trató de irresponsable y contradictorio.
A uno le queda la
impresión de que Nebot cumplió su objetivo (lograr que Lasso pierda) y que este
último video es el equivalente a mear en su territorio y marcarle los límites a
su rival directo.
Segunda lectura: Servir de cortina de humo
El mismo día de este
discurso se inauguró el reemplazo del paso a desnivel de la avenida De las
Américas con seis meses de retraso de la fecha anunciada por el Alcalde de
Guayaquil (1). Nebot cuidó su
retórica y en su enlace radial de ese miércoles por la mañana evitó conversar del tema.
Conclusión
El alcalde Jaime Nebot
cumple tres objetivos con esta campaña electoral y su “broche de oro” (los dos
primeros objetivos son principales, el tercero, tangencial):
1)
El triunfo de Moreno (su escenario político más favorable).
2)
La disminución de su rival político en Guayaquil, Guillermo Lasso.
3)
La no discusión de un tema de interés público como el desplome del paso a
desnivel y su tardío reemplazo.
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