Fray Domingo de Soria, M.D.

6 de mayo de 2018


Desde 1786, la ciudad de Guayaquil empezó a pertenecer al obispado de Cuenca (creado por Pío VI), que era a su vez un obispado sufragáneo de la arquidiócesis de Lima. En 1790, quien fuera el primer obispo de Cuenca, José Carrión y Marfil, visitó Guayaquil y, en ella, el hospital “Santa Catalina mártir”. La administración de esta casa asistencial se encontraba a cargo de fray Domingo de Soria de los religiosos de San Juan de Dios desde el año de N. S. de 1758.

Cuenta Federico González Suárez en su “Historia general de la República del Ecuador” que el obispo Carrión encontró “el Hospital muy descuidado”, de manera tal que…

“… reprendió acremente al hermano Soria, por el desaseo de la casa y el mal servicio a los enfermos; cerró la iglesia al culto público, puso por capellán un clérigo y, deseando que el establecimiento mejorara, quitó a los frailes el manejo de las rentas y lo confió al Cabildo secular de la ciudad” (1).  

De esta manera fue relevado Fray Domingo de Soria de la administración del hospital “Santa Catalina mártir” por el obispo Carrión. Soria había ocupado ese puesto por 32 años y lo más asombroso era que “el hermano Domingo Soria era a la vez el Superior y el médico de la casa”. No duró mucho sin ejercer estos cargos, pues Soria protestó por su destitución al Consejo de Indias, que terminó por restituir al fray y a la vez “doctor” Soria a su puesto en el hospital “Santa Catalina mártir”. Esto motivó un escueto comentario de González Suárez: “Había ocasiones en que el Consejo de Indias atendía más a la conservación del patronato, que a los derechos de la justicia”.

Con el paso de los años, este hospital “Santa Catalina mártir” pasó a ser el hospital “Luis Vernaza”, hoy administrado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

(1) González Suárez, Federico, ‘Historia general de la República del Ecuador’, Tomo Quinto, capítulo noveno, p. 412-414 (el resaltado no es del original).

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