Las ciclovías y el elefante

16 de mayo de 2018



La primera nota: “Guayaquil renuncia a las ciclovías” (11/abril/2018)

La nota pinta una realidad triste: la Alcaldía de Guayaquil proyectó 8 ciclovías, pero solo ejecutaron dos, una de ellas en el centro que “nunca fue respetada”. La nota describe que en la ciclovía de la calle Junín, en el centro, ahora se iba a construir una jardinera “que es como se lo ha aprobado por parte del alcalde”. Finalmente, se publica la opinión lapidaria del vocero de la Alcaldía: “en el centro de Guayaquil, por las condiciones de las calles y el clima no funciona una ciclovía”.

La segunda nota: “Ciclistas y alcaldes forman un solo equipo por las ciclovías” (10/mayo/2018)

Todo el escenario de desastre de la nota anterior, es decir, el incumplimiento de su propia planificación, la ineficacia de hacer cumplir lo ejecutado e incluso su regresión (la ciclovía de la calle Junín), además de la negativa de construir ciclovías en el centro, las conjuró la sola expresión del alcalde: “No hay problemas con el tema ciclovías”, para a continuación señalar que “por el momento debemos tener restricciones, no prohibiciones, en el centro”.

Desde los ciclistas, el problema es cualquier restricción a la circulación, en el centro o en cualquier otra parte. No porque no pueda haber restricciones a la circulación. Pero porque tienen que estar plenamente justificadas.

Y veamos esta justificación: según el redactor de esta nota, el alcalde ofreció lo que él llamó “razones técnicas”, que se reducían a esto:

“Evitar aportar al colapso del tránsito que ya se presenta en esta parte de la ciudad”.

¿Razones técnicas? JAJAJA. Reformulemos: el tráfico colapsa y se piensa “evitar” que se aporte a ese colapso a través de una restricción a la circulación de aquellos que podrían contribuir a evitar el colapso del tráfico: los ciclistas (claro, para ello se requiere planificación y otro modelo de desarrollo que priorice el interés general por encima del particular: ciencia ficción para el gobierno local). Estas “razones técnicas” del alcalde ven como problema a una posible solución, no ofrecen ni un dato, ni un estudio, ni nada, únicamente una restricción, propuesta frente a quienes serían sus destinatarios, que allí sentados debieron ser de cera porque no dijeron ni mú. Se ofrendó ante ellos una de las “razones técnicas” más pobres que una autoridad ha propuesto en el orbe occidental, pero la muchachada hurgó en el silencio.

Seamos claros: la medida que quiere imponer la Alcaldía es una vulneración a los derechos de los ciclistas, que pagan los platos rotos de la incompetencia de la Alcaldía en la planificación y en la ejecución de lo planificado.

No hay que ser ingenuos: esta reunión con los ciclistas fue un lavado de imagen, en un área en la que se han hecho las cosas muy mal, no de ahora, desde siempre, porque se avecinan tiempos electorales. Eso es todo. Y Mr. Hyde fue el cronista de este simulacro.

Conclusión: El elefante en la habitación.

El elefante en la habitación es que al alcalde le importa un pepino las ciclovías. No de ahora, desde siempre. Lo suyo son los vehículos a motor: ahí, en ello y alrededor de ello (calles, puentes, cemento) está el biyuyo. Cuando ha tenido oportunidades (financiamiento internacional, por ejemplo) para desarrollarlas, las ha desperdiciado. Cuando ha asumido la competencia del tránsito, no las ha vinculado a una planificación integral. Incluso cuando (aunque de manera deficiente) las ha implementado, luego ha dado marcha atrás (como lo mostró Expreso en la primera nota, cuando estaba Dr. Jekyll). Y la cereza de este pastel anti-ciclístico es la restricción que pretende ahora imponer a la circulación en el centro. 

Así es Ciudad Sainete, donde te pasan este elefante en la habitación como “un solo equipo por las ciclovías”. Y la verdad, no sé qué es peor: o los ciclistas que se han dejado, o el periodista que redactó ese adefesio.  

3 comentarios:

Isaac Alcívar dijo...

En efecto, la segunda noticia más la realizan para "limpiar" la imagen del alcalde, queriendo hacer creer a la gente que todo fue un malentendido, cuando vivimos aplastados bajo el modelo de desarrollo retrógrada que se ha impuesto en la ciudad por ya más de 20 años del PSC gobernando Guayaquil. Y lo peor es que no asoma un candidato que prometa cambiar las cosas. No pueden. Porque la mayoría de los monos están cegados, creyendo que Mr. Miau es el salvador de Guayaquil, y que solo él sabe qué le hace bien a la ciudad.

Nuestro deber como ciudadanos conscientes es seguir presionando y recordarles a las autoridades, que son autoridades porque nosotros lo permitimos.

Anónimo dijo...

Que hay Xavier,
Cuando te expresas de la siguiente manera:
"Y la verdad, no sé qué es peor: o los ciclistas que se han dejado, o el periodista que redactó ese adefesio. " --> estás hablando por todos los usuarios de la bicicleta que nos transportamos usándola de manera urbana con o sin ciclovías; si te has tomado la libertad de expresar tu forma de pensar, no nos metas en el tacho a todos, pues por gente como tú que solo se mueve cuando ve que otros caminan es que estamos estancados, yo hago la diferencia, yo decidí moverme en bici sin importar la ruta,intereses políticos y menos sino tenemos ciclovías.
Cuando te ganes una cita con el alcalde o te tome en cuenta para escucharte, espero ver tu publicación y a ver si tú no eres de cera.

Xavier dijo...

Anónimo: te respondí en este enlace: https://xaflag.blogspot.com/2018/05/ser-de-cera.html

Saludos.