El Escudo de Armas que el
naciente Estado del Ecuador tuvo a partir de 1830 era casi una copia del Escudo
de Armas que habíamos tenido como parte de la Gran Colombia. Dicho Escudo de
Armas había sido adoptado durante el Congreso de Cúcuta de 1821, sin la
participación del Ecuador, pues este territorio (mejor dicho, el territorio que
era de la Audiencia de Quito) se unió a la Gran Colombia recién el año
siguiente, tras la Batalla del Pichincha de mayo de 1822.
Uno de los principales añadidos del
escudo del naciente Estado ecuatoriano es el sol. Su incorporación fue obra del
Presidente de la Convención Constituyente celebrada en Riobamba en 1830, el
abogado quiteño José Fernández-Salvador (1775-1853). Fue él quien en la sesión
del 17 de septiembre, con el apoyo del representante por Guayaquil, el
venezolano León de Febres-Cordero, sumó el sol al diseño de Cúcuta (1).
Dos días después, un órgano
que se llamaba a sí mismo “Congreso Constituyente del Estado del Ecuador en la
República de Colombia” dictó la siguiente “LEI”:
Art. 1º.
Se usará en delante de las armas de Colombia, en campo azul celeste con el
agregado de un Sol en la equinoccial sobre las fasces, i un lema que diga EL
ECUADOR EN COLOMBIA.
Art. 2º.
El gran sello del Estado, i sellos del despacho tendrán grabado este blasón (2).
Y con esta “Lei” empezó su andadura el
sol, contribución de Fernández-Salvador. Es el único rasgo distintivo que se ha
conservado en todos los varios escudos que ha tenido el Ecuador desde que se
fundó como Estado independiente en 1830.
(1) Sosa,
Rex, “El escudo de armas del Ecuador y el proyecto nacional”, Corporación Editora
Nacional, Quito, 2014 [Universidad Andina Simón Bolívar, Serie Magíster, V. 161],
p. 22. De este trabajo se toman las imágenes para esta entrada.
(2)
Ibíd., p. 23.
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