Odio y mierda

25 de mayo de 2018


Hagamos un ejercicio: aceptemos, por un instante, la hipótesis de que Roberto Aguilar es un odiador. Luego, leamos su artículo ‘País de mierda’ en el que los ecuatorianos quedamos retratados como unos habitantes de eso (con Correa con mucho de culpa, como es usual).

La lectura del artículo provocará dos cosas en el lector: 1) Confirmará la hipótesis sobre Aguilar; 2) Lo motivará a pensar si los ecuatorianos somos todos así (“acomplejados”, “arribistas”, “sanguijuelas”, “manga de analfabetos”, etc., todos calificativos cosecha de Aguilar). Todos los ecuatorianos, del Oriente a la Región Insular, del Carchi al Macará. Naturalmente, cualquier persona debería descartar esa idea por desproporcionada y absurda. Es una falacia de generalización apresurada.

Creo que, en rigor, este artículo de Aguilar debe motivar una reflexión sobre cómo se construye una opinión. Hay dos opciones con este texto. La primera: es la sumatoria de todas las malas experiencias que pudo acopiar Aguilar sobre xenofobia a las venezolanas en el Ecuador (en un escandaloso cherry picking que contradice reglas básicas de la buena argumentación) lo que le permite llegar a la conclusión de que somos un “país de mierda”. Sin contextualizar, sin cifras ni estudios, sin historias de fondo salvo sketches a conveniencia.

La segunda: Roberto Aguilar decidió a priori que somos un “país de mierda”. Acto seguido, procedió a hacer un escandaloso cherry picking para demostrar su idea. Sin contextualizar, sin cifras ni estudios, sin historias de fondo salvo sketches a conveniencia.

En ningún caso hay otra cosa que falacias.

0 comentarios: