La FEF, un pelado sabido

8 de mayo de 2018


Como dice Ricardo Vasconcellos, la FEF vive una suerte de “minusvalía moral”. El anterior jefe de la FEF fue preso, pero el resto de su equipo se mantiene intacto en el poder. Es asombroso como en Ecuador se naturaliza la corrupción, porque no hay nadie tan gil (creo) como para poder creerse que TODA la corrupción que durante la larguísima dirección de Luis “Delincuente” Chiriboga sucedió en la FEF, fue obra de un solo hombre, a espaldas de todos los demás, todos ellos inocentes. TODA la corrupción, a manos de una ÚNICA persona. Ya condenada, pasamos la página, a otra cosa.

Es que hay que ser un imbécil para creérselo.

Pero tal vez haya que serlo aún más para diseñar la estrategia jurídica de la FEF. El que reemplazó a Luis “Delincuente” Chiriboga fue Carlos “Medidas Sustitutivas” Villacís, quien no se va preso porque es demasiado viejo para eso. La razón por la que merecería la cárcel es por su manejo opaco e irregular de los derechos de TV. Cuando la justicia le ordenó a la FEF que haga un nuevo concurso, la FEF cumplió, pero a su manera.

La belleza de la estrategia jurídica de la FEF radicó en su simplicidad: cumplió con hacer el nuevo concurso que la justicia le ordenó que haga, nada más que lo hizo para una fecha distinta. Para el año 2028.

La FEF quiso pasarse de sabida pero no hubo quien se tragara semejante rueda de molino. Y de pasarse de sabida, pasó la FEF a hacerse mucho la cojuda. En el juicio que le siguen a Carlos “Medidas Sustitutivas” Villacís por el desacato a la orden judicial (porque su forma chambona de cumplir la orden equivalió a eso), la defensa jurídica que esgrimió fue que se cumplió con lo ordenado “según sus convicciones y el asesoramiento que ha tenido pero de forma diferente a lo que el juez aspiraba”.

Ma-dre-de-Dios.

¿Dónde aprendieron derecho los abogados de la FEF? ¿Leyendo cómics?

En resumen: la FEF ha actuado como un peladito sabido, que comete travesuras y luego busca evadirse de su responsabilidad con argumentos dignos de un mundo de fantasía. Y que, increíblemente y contra todo asomo de sentido común, esperaba ganar.

Eso, en una caricatura de un niño de 6 años como Calvin, es entendible.


Pero en profesionales del derecho, es una auténtica vergüenza. Eso sí, justo es precisarlo, resulta una condigna defensa para un elenco de “minusválidos morales”, que es (poco más o menos) lo que representa la FEF por estos días.

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