Por estos días, mientras
en Guayaquil su Alcaldía ha dispuesto la electrificación y la construcción de
rejas más altas en los perímetros del parque Centenario y del malecón, en
Barcelona se ha discutido sobre “Ciudades sin miedo” (1). En este encuentro participaron más de 180 ciudades de los
cinco continentes, pero ninguna de Ecuador.
A diferencia de ONU
Hábitat, donde la Alcaldía de Guayaquil justificó su inasistencia con una
mentira colosal (2), para el
encuentro “Ciudades sin miedo”, la Alcaldía de Guayaquil no envió representante
alguno. Lo hicieron ciudades como Vancouver, Venecia, Rosario, Río de Janeiro,
Seattle, Sídney, Tokio. Pero Guayaquil, no.
Pues, ¿por qué lo iba a
hacer, si lo suyo es precisamente el
negocio del miedo? Tómese el ejemplo de la disposición de electrificar y elevar
el tamaño de las rejas: como lo afirma la Fundación Siglo XXI en su comunicado sobre
el enrejado del parque Centenario, el único objetivo de esta medida es “brindar
mayor seguridad a los usuarios del lugar y visitantes”. Pero para fundamentar
su decisión, como lo comentó el redactor de diario Expreso, la fundación “no
detalló si esta medida responde a algún antecedentes delictivo o si surge a
raíz de una situación en particular, y se limitó a explicar en el documento que
la decisión es ‘por seguridad en general’” (3).
Pero no es la
arbitrariedad de una decisión de la administración de Guayaquil lo que debe
preocuparnos, llegados a este punto. Lo realmente grave es que esta decisión de
electrificar o de elevar el tamaño de un enrejado es una muestra cabal de cómo
se administra una ciudad con criterios obsoletos.
Porque electrificar y poner
unas rejas aún más altas… ¿es en serio? ¿No se pudo pensar en otra alternativa,
menos onerosa y más útil para el propósito que se busca satisfacer? Con una
medida así, cabe preguntarse, cui bono? (4).
(1) Sobre
la electrificación de las rejas en el parque Centenario, v. Ronald Soria, ‘Tres semanas, con derecho de admisión’, Diario Expreso, 2 de junio; sobre la elevación de las rejas en el
malecón, v. ‘El malecón eleva el cercado’, Diario Expreso, 14 de junio
de 2017. “Ciudades sin Miedo” fue un encuentro internacional de
municipios que organizó Barcelona en Comú entre el 9 y el 11 de junio, en el
que se debatió el rol de las ciudades en un mundo donde ellas “se están
convirtiendo en el lugar desde donde defender los derechos humanos, la
democracia y el bien común”. Es decir, se discutió un rol de ciudad opuesto al
ideario y praxis de una Alcaldía como la del PSC en Guayaquil, que tan
claramente privilegia a los negocios por encima de la participación ciudadana y
del bien común.
(2)
Sobre la mentira colosal de la Alcaldía de Guayaquil sobre ONU Hábitat, v. ‘El mundo del revés: la Alcaldía de Guayaquil y Hábitat III’.
(3)
‘El Malecón eleva el cercado’, Diario Expreso, 14 de junio de 2017.
(4) Porque
no se lo olvide nunca: la seguridad (sobre todo la necesidad de la seguridad, que es la provincia del miedo) es un
negocio. Uno muy lucrativo.
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